La factoría de PSA Peugeot Citroën en Vigo confirmó que la producción para el mes de octubre descenderá en 8.000 vehículos respecto a la previsión con la que la empresa contaba a principio de año, aunque garantizó que estos ajustes se llevarán a cabo aprovechando los mecanismos de flexibilidad y, por tanto, "no afectarán al empleo". Fuentes de la factoría viguesa afirmaron a Europa Press que la línea dos, dedicada a la fabricación del C4 Picasso dejará de trabajar los cuatro viernes del mes, que se reducirá la cadencia en esa línea de montaje -para pasar de 55 a 50 vehículos por hora- y, también en el mismo sistema de producción, se reducirá el turno de noche a 4 horas y 15 minutos.
Con esta disminución de la producción, la factoría pretende hacer frente a la bajada que el mercado automovilístico está registrando, pero "sin tocar el empleo", según insistieron las fuentes consultadas. En cuanto a las previsiones para los próximos meses, estas mismas fuentes destacaron que "el centro deberá adaptarse a la evolución del mercado, que tiene un margen de imprevisión aunque está manteniendo una tendencia a la baja".
Por ello, la empresa manifestó su intención de continuar utilizando mecanismos de flexibilidad hasta que se agoten, aunque no ocultó su "preocupación" ante la posibilidad de que el descenso se agudice y haya que tomar otro tipo de medidas.
Por su parte, en declaraciones a Europa Press, el representante de CC.OO. en el comité de empresa, Pedro Comesaña, estimó que el descenso de producción en octubre supondrá que a 100 trabajadores eventuales no se les renueve el contrato, al tiempo que auguró que continuará hasta el final de 2008 "la tendencia negativa de los dos últimos meses" (en septiembre se dejaron de producir 4.000 vehículos y en octubre la caída de la fabricación será el doble). En cuanto a las repercusiones de este descenso de la actividad, aseguró que "habrá que esperar a la reunión de finales de mes entre la empresa y el pleno del comité" para analizar las perspectivas para los próximos meses. En todo caso, confió en que espera que la caída que se está registrando se "estabilice" para que "no haya mayores reducciones de empleo". Aún así, se mostró consciente de las dificultades que el sector de la automoción está pasando en España y abogó por "abrir los ojos" a otros lugares porque, aunque la crisis "hasta ahora no se había notado" en la factoría viguesa, ahora sí comienza a tener sus primeros efectos.
El presidente del comité de empresa, Roberto Fernández Barros, admitió que los anuncios de bajada de producción "no son buenas perspectivas". "Sabemos que el mercado está en una recesión importante y nos va a tocar a nosotros también, en mayor o menor medida", afirmó. Así, abogó por esperar a cómo evoluciona la situación en los próximos meses, aunque confió en el "colchón" que dan los mecanismos de flexibilidad de los que se sirve Citroën para ajustar su producción. En todo caso, aseguró que, si se registran nuevas bajadas de producción "indudablemente también habrá que ajustar la plantilla", al tiempo que afirmó que las plazas de algunos eventuales que terminan su contrato no se están cubriendo, aunque todavía "no suponen una cifra alarmante".
El representante de la CIG, Henrique Pérez, manifestó que su visión "no es tan dramática" y confió en el funcionamiento de los mecanismos de flexibilidad, que "todavía no se han agotado", y aseguró que "todavía queda mucho recorrido antes de que se dé la posibilidad de tener que llegar a paros técnicos" en la producción. Recordó que en la planta de Vigo "se tomaron medidas" con anterioridad, por lo que previó que, a pesar de la tendencia descendente en la actividad "hasta mediados del primer semestre de 2009" no se podrá evaluar la situación. "Si en ese momento no se ha llegado a un punto de inflexión, es que la crisis era más profunda de lo que se esperaba", aseguró. Finalmente, destacó que, comparada con la de otras plantas automovilísticas de España, la situación en Citroën "no es grave". Pérez recordó que los índices de eventualidad de la fábrica "eran muy grandes" y se estaba trabajando "por encima del cien por cien", por lo que consideró "normal" el hecho de que ambos aspectos "se ralenticen un poco".
Unos 60 trabajadores de Martinsa-Fadesa piden sumarse al ERE para abandonar la empresa
Un total de 63 trabajadores de Martinsa-Fadesa han solicitado a la inmobiliaria en concurso de acreedores sumarse voluntariamente al expediente de regulación de empleo (ERE) recientemente aprobado para 234 empleados, una cuarta parte de la plantilla total, informaron a Europa Press en fuentes sindicales. En caso de que la compañía acepte todas estas nuevas bajas, el recorte de plantilla de la inmobiliaria que preside Fernando Martín será finalmente de más de una tercera parte (el 35%) respecto a la de algo más de 880 trabajadores con que contaba a comienzos de año. No obstante, los trabajadores cuentan aún con toda la jornada laboral de hoy para decidir si se suman al ERE, con lo que la cifra de solicitantes podría aumentar.
La lista de empleados que deseen abandonar la compañía debe después someterse a una negociación entre sindicatos y empresa. La inmobiliaria puede rechazar alguna de las peticiones en caso de tratarse de trabajadores que considere "estratégicos" para el desarrollo de la actividad de la empresa y el proceso de concurso que atraviesa, según detallaron las mismas fuentes. Posteriormente, la lista definitiva de trabajadores que se sumen al ERE se remitirá al juez concursal de Martinsa, quien tiene la última palabra para su autorización.
Los empleados que se sumen al ERE contarán con las mismas condiciones respecto que los 234 que la empresa incluyó en el mismo, ya acordadas el pasado mes de julio entre empresa y sindicatos. En concreto, el expediente contempla una indemnización de 36 días por año trabajado, con un tope máximo de 20 mensualidades. De la indemnización total, el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) se encargará de abonar veinte días por año y la empresa los otros 16.