Este innovador proyecto europeo, coordinado por la profesora del Departamento de Producción Vegetal de la Escuela Politécnica superior del Campus Terra de la USC María Rosa Mosquera Losada y cuyo plazo de ejecución va de 2017 a 2020, cuenta con tres millones de euros de financiación e implica la participación de universidades y centros de investigación de nueve países europeos (España, Portugal, Reino Unido, Finlandia, Polonia, Francia, Italia, Hungría y Bélgica), además del respaldo de la Federación Agroforestal Europea (Euraf), un órgano asesor de la Unión Europa presidido en la actualidad por la profesora Rosa Mosquera e integrado por 250 miembros de 20 países.
El objetivo que pretenden los promotores de este ambicioso programa continental no es otro que el de contribuir a la realización y al consiguiente cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible indicados por la FAO en 2015, a través de la integración de la dimensión económica, ambiental y social que depara el desarrollo sostenible, además de abordar así y codo a codo los retos de la seguridad alimentaria, así como otros requerimientos ambientales y climáticos.
El potencial de agricultura climáticamente inteligente para contribuir al desarrollo sostenible está ya reconocido en la política internacional, como lo prueba su inclusión en las conclusiones y recomendaciones final de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Clima Change (UNFCCC) y en la Convención sobre la Diversidad Biológica (CBD). Este respaldo de la comunidad internacional justifica el aumento de la inversión europea en el desarrollo de acciones orientadas a impulsar y promover prácticas agrícolas y forestales adaptadas al clima de cada región.
Este programa apoya el cambio de investigación de carácter científico para la investigación orientada a la innovación en base a las interacciones y a las necesidades de los usuarios finales. Luego, los participantes en el proyecto compilarán, distribuirán y difundirán de forma idónea los resultados de la investigación, además de las buenas prácticas e ideas innovadoras en este campo que no están suficientemente desarrolladas ni extendidas.
Esta visión puede incluir experiencias de recogida y conocimiento de los diferentes agentes, lo que favorece un conocimiento interactivo, creación conjunta y su posterior difusión, adaptando los contenidos a los diferentes receptores o protagonistas implicados (agricultores y productores, servicios de extensión, responsables políticos, pymes...) y a cada una de las distintas regiones y países de la UE.