
La obra disponible ya en librerías y a través de la editorial AXAC es fruto de una meticulosa labor de documentación. Suárez Sandomingo, doctor en Pedagogía y presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos e Psicopedagogos de Galicia, ha buceado en el archivo histórico de la biblioteca municipal de Ortigueira, complementando su investigación con fuentes orales y documentos inéditos. Siempre he sentido la necesidad de comprender cómo se ha desarrollado la educación en mi entorno, explica el autor, quien destaca el compromiso histórico de la población de Ortigueira con la formación.
De Carlos IV a los mestres de ferrado
El libro arranca con un episodio poco conocido: la solicitud del Ayuntamiento a Carlos IV, a finales del siglo XVIII, para crear una escuela popular en un contexto en el que la educación era un privilegio reservado a las élites. Aquella primera escuela pública fue financiada con rentas eclesiásticas, pero no fue hasta 1801 cuando el Concello asumió por primera vez el salario de un maestro Agustín Orosa para impartir clases en la villa.
Mientras tanto, en las parroquias del municipio, las familias se organizaban para contratar a los llamados mestres de ferrado: hombres con escasa formación académica, pero capaces de enseñar lectura y escritura a cambio de gratificaciones en especie. Estos maestros trabajaban durante los meses en que no había labores agrícolas, convirtiéndose en pilares fundamentales de la alfabetización rural.
El sueño republicano truncado
Uno de los capítulos más reveladores se centra en el ambicioso Plan Nacional de Escuelas impulsado por la Segunda República. Ortigueira, bajo el liderazgo del alcalde Jesús Fojo, se convirtió en uno de sus principales aliados. Incluso antes de que el plan estatal se pusiera en marcha, el consistorio ya había decidido construir escuelas propias para superar la precariedad de los locales alquilados.
El proyecto, respaldado por la comunidad, contemplaba la creación de 43 centros educativos incluyendo escuelas graduadas, de párvulos y mixtas y 18 viviendas para docentes. De haberse completado, habría supuesto una transformación radical, afirma Suárez Sandomingo. Sin embargo, el golpe militar de 1936 frustró su ejecución.
La educación bajo el franquismo
Las consecuencias de la Guerra Civil fueron devastadoras para la enseñanza local. El libro documenta, con testimonios nominales, cómo muchas escuelas quedaron sin maestros, se quemaron manuales y se impuso una educación coercitiva alineada con el nuevo régimen. El franquismo, señala el autor, revirtió la separación entre Iglesia y Estado instaurada por la República: El nuevo régimen reforzó los vínculos con una virulencia inédita. La Iglesia recuperó el control absoluto y todas las escuelas laicas de Ortigueira fueron nacionalizadas.
El auge de las academias privadas
Ante la falta de centros públicos de secundaria en Ortigueira y en toda la comarca de Ortegal, la comunidad respondió con iniciativa propia. El libro dedica especial atención a las academias que florecieron en Ortigueira y Cariño, ofreciendo formación para oposiciones, estudios técnicos y acceso a la universidad. Contaron con docentes de gran competencia y sus estudiantes lograron destacar en el ámbito académico, subraya Suárez Sandomingo.
Gracias a esta red educativa, Ortigueira alcanzó una ratio de universitarios superior a la media nacional, un testimonio del esfuerzo colectivo por democratizar el acceso al conocimiento.

Galicia lidera un ano máis as candidaturas á bandeira Sendeiro Azul 2026, cun total de 72 rutas aspirantes, o que supón un 31% máis das que se presentaron na pasada edición. Unha vez analizadas polo xurado as propostas recibidas no conxunto do país, o seguinte obxectivo para Galicia é revalidar o resultado da pasada edición, cando repetiu a súa posición como comunidade co maior número de distintivos deste tipo: 54 das 154 bandeiras concedidas no conxunto do país e unha rede de itinerarios azuis que sumou 388,66 quilómetros. A Bandeira Sendeiro Azul é concedida desde hai anos pola Asociación de educación ambiental e do consumidor (Adeac).
O mapa vitivinícola galego artéllase arredor de cinco denominacións de orixe -Valdeorras, Ribeiro, Rías Baixas, Monterrei e Ribeira Sacra- e catro indicacións xeográficas protexidas -Terra de Betanzos, Ribeiras do Morrazo, Val do Miño-Ourense e Barbanza e Iria-, ademais das IXP específicas para bebidas espirituosas -Licor Café, Licor de Herbas, Orujo de Galicia e Augardente de Herbas-. Estes selos certifican a procedencia e o control rigoroso do proceso produtivo, reforzando a confianza do consumidor e permitindo que os produtos agroalimentarios galegos gañen presenza e competitividade nos mercados. A súa trazabilidade e garantía de calidade representan, en conxunto, a esencia do que identifica á Galicia Calidade.