"Tenemos un problema colectivo: una generación de menores entera que, por dejadez e ignorancia de los adultos, se ha criado sin límites claros ni protección efectiva en Internet"
- Víctor Salgado, abogado y socio-director del despacho, aborda la problemática de verificar
la edad de los usuarios en su navegación cotidiana: "no hemos evolucionado en los sistemas de control de acceso a contenidos sensibles, violentos o pornográficos. Con todo el impacto que eso implica en adolescentes y niños".
- Desde el bufete establecido en A Coruña también apuntan a una posible solución técnica: la Cartera europea de Identidad Digital, una herramienta capaz de identificar al menor sin ponerle en riesgo.
Sortear la verificación de edad en Internet es sencillo: en realidad, solo se necesita pulsar el botón afirmativo ante la pregunta "¿Eres mayor de edad?" y el menor accede a un abanico de contenidos pornográficos, violentos e inadecuados sin mayores restricciones. Así de fácil resulta, y ante este sistema se plantea una pregunta: ¿cómo protegemos a los niños y adolescentes durante su acceso al universo virtual? ¿Quién carga con la responsabilidad de controlar la relación nociva entre menores y tecnología?
A estas preguntas se aproxima Víctor Salgado, abogado especialista en Derecho Digital y socio-fundador del bufete coruñés Pintos & Salgado: "en ningún aspecto podemos afirmar que estamos protegiendo adecuadamente a los menores en su acceso a Internet. De hecho, tenemos los mismos sistemas de control para visualizar contenido destinado a los adultos que prácticamente en los orígenes de Internet, en los noventa".
Salgado es rotundo y critica el proceso de verificación actual, "del que no se desprende ninguna verosimilitud; nadie comprueba que quien pulsa un Sí soy mayor de edad efectivamente así lo sea". El impacto de esta situación implica "muchísimos riesgos, por nuestra experiencia, para los niños y adolescentes: acceder a ciertos contenidos de adultos, de carácter sexual o violento, condiciona directamente su salud física y mental. Y aun más, normaliza comportamientos entre personas que jamás debieran considerarse como algo común".
Mundo digital, mundo analógico: dos realidades dispares
Como una de las causas que contextualizan la carencia de sistemas de protección eficaces para los menores, el experto en Derecho Digital lo atribuye a un "factor cultural; como sociedad, incluyendo a los padres, formadores y educadores, no tenemos la misma percepción del riesgo físico que el virtual. Pero ya podemos ver que el riesgo online tiene igual o más impacto que lo analógico. Los dos mundos están interrelacionados, y no podemos poner unas reglas para uno y otras para el segundo".
El paralelismo cuenta con un ejemplo claro: el etiquetado claro de muchos productos, servicios o contenidos que sí se regulan por ley, como pueden ser las películas y salas de cine, los videojuegos, la entrada a pubs, el consumo de alcohol
"en el mundo físico sabemos que se debe etiquetar y controlar el acceso de los menores de edad a ciertos espacios y objetos que dañen su desarrollo personal o su salud. Y lo mismo ha de ser en el entorno virtual", expone Víctor Salgado.
"Detectamos un problema colectivo, con menores de 10 o 11 años accediendo ya a pornografía o contenidos violentos", continúa el experto en Derecho Digital, "y algo así nos debe preocupar; por dejadez e ignorancia de los adultos y del legislador, una generación entera se ha criado sin límites claros en Internet. Sin protección efectiva".
Una responsabilidad multicapa
Como la situación en sí, la atribución de responsabilidades es igualmente compleja y "multicapa". "Hay varios estratos para definir quién es el responsable de llegar a un contexto de desprotección como este para los menores. Primero, hay una responsabilidad familiar, en donde los progenitores deben verificar qué hacen sus hijos, acompañarlos en su uso de Internet, orientarlos y educarlos en el uso de la tecnología".
Para Salgado, luego se encuentra "una responsabilidad pública y corporativa, empezando por las propias plataformas que se han nutrido de niños y adolescentes: saben que hay menores utilizando sus aplicaciones e invierten sus recursos en diseñar interfaces para que sean lo más adictivas posibles, para generar un consumo lo más intensivo posible de redes sociales. No hay algoritmos que contrarresten este comportamiento tan poco ético y protejan al menor de edad".
Y a estos dos niveles se le suma la "responsabilidad legislativa: obligaciones que no se han desarrollado debidamente o no se han impuesto por parte de las instituciones hasta este mismo 2025. Es ahora cuando vemos que la Unión Europea ha materializado una gran normativa digital con sanciones multimillonarias, como la DSA, el reglamento IA, la Ley de Mercados Digitales...", enumera el abogado.
Una posible solución en el seno de la UE
¿Es realista pensar en una solución técnica que garantice la privacidad del usuario, pero sin lastrar los sistemas de verificación de edad? La misma UE a la que aludía Víctor Salgado ya debate en su seno la implementación de lo que se ha denominado como "miniwallet" o "Cartera europea de Identidad Digital".
Para el bufete de abogados coruñés, esta es la principal medida centrada en resolver la situación actual de los menores y también solventar la prestación de datos de manera desmedida a las corporaciones privadas en Internet. Vendría para sustituir a la cartera física que aglutina los documentos de identificación, pero sobre todo para proteger a los usuarios en su navegación.
Lo contextualiza Víctor Salgado como una herramienta versátil por sus "tres capas de identificación, en función del tipo de datos que se requiera. Una primera capa dice única y exclusivamente si eres mayor o menor de edad; una segunda capa expone tu nombre completo y tu fotografía, y la tercera enseña todos los datos que podemos tener en el DNI".
Con una cartera digital así, la página web pediría la validación de la edad utilizando esta herramienta previamente instalada en el dispositivo tecnológico, y mostrando únicamente el dato que se solicita.
Es esta una "medida clave" bajo la perspectiva de Salgado, "y podría ayudar a marcar el comienzo de una exigencia colectiva: tener plataformas tecnológicas lo más éticas y legales posibles, comprometidas a controlar el acceso a contenidos violentos o pornográficos y a promover una mayor alfabetización digital de nuestra sociedad. Y tampoco podemos ignorar este problema; si desatendemos a nuestros menores, ponemos la semilla de un mundo futuro en el que a ninguno de nosotros nos gustaría vivir", concluye el socio-director de Pintos & Salgado.