- La IA impulsada por la compañía de Musk protagoniza la última polémica de este verano en materia de redes sociales: utiliza datos de los usuarios de X para entrenarse sin consentimiento explícito y con un sistema de desactivación opaco.
- Bajo la perspectiva del experto en derecho digital, Víctor Salgado, "el hecho de que no advirtieran previamente del uso de los datos, y que la interfaz no tuviera ningún tipo de casilla para el consentimiento, contraviene directamente la normativa europea de protección de datos".
Musk protagoniza de nuevo una de las últimas polémicas dentro del ámbito de la tecnología digital y las redes sociales. Este mismo verano los propios usuarios de X (antes Twitter) alertaron sobre un cambio en las condiciones de uso de la plataforma, sin ningún tipo de anuncio previo ni consentimiento: de forma
subterfugia, la red social estaba utilizando datos de los usuarios para entrenar a Grok, la nueva IA de Musk para competir con el resto de inteligencias artificiales asistenciales.
El experto en derecho digital Víctor Salgado destaca una de las cuestiones más relevantes: "el mero hecho de que sean los usuarios quienes detectan e informan en sus perfiles de X de este cambio en las condiciones de uso de la plataforma ya llama la atención. X no estableció ningún aviso de implementación ni ningún tipo de solicitud de consentimiento previo para utilizar los datos de la red social en el entrenamiento de Grok".
De hecho, esa reacción ciudadana a la que alude Víctor Salgado es la que ha puesto en sobreaviso a la Agencia de Protección de Datos Irlandesa, la entidad competente en el conflicto que ya ha demandado a Elon Musk por su mala praxis. De hecho, esta acción legal, junto con la respuesta civil, ha conseguido que X deje de usar los datos de los usuarios de la Unión Europea para entrenar a Grok.
Una interfaz opaca
Entre los principales puntos de conflicto, bajo la perspectiva de Víctor Salgado, "está el diseño de una interfaz oculta, con nula capacidad e intención de transparencia; podemos ver que incluso hay tutoriales para acceder a la desactivación de Grok. Para rechazar el uso de nuestros datos por parte de la IA, debemos acceder a X desde una versión web, navegar dentro de varias casillas de opciones y, al cierre de una de las listas, desactivar el consentimiento automático. En términos de usabilidad, es laberíntico".
Según Pintos & Salgado, esta opacidad, con el mayor número de trabas posibles, contraviene la normativa europea de manera directa. Para hacerlo según marca el Reglamento Europeo de Protección de Datos de 2016, X tendría que haber establecido un pop-up o aviso informando del cambio en el uso de los datos, junto con una casilla de aceptación del nuevo tratamiento. Y, además, incorporar un enlace a una página web o portal con todo el contexto detallado de esta novedad.
"Debe haber una aceptación explícita y consciente, de tal manera que se sepa qué personas permiten el tratamiento de los datos para entrenar a la inteligencia artificial Grok y quiénes no. Pero esta fórmula de implementación tan poco transparente vulnera los derechos de los usuarios, y además seguimos sin saber en realidad desde cuándo se han estado utilizando nuestros datos para el entrenamiento", expone Salgado.
SIN LÍMITES ÉTICOS
A la polémica en el entrenamiento de Grok se suma ahora una segunda capa: su falta de filtros y censura, en un intento de Musk por demostrar el 'grado de libertad' de la IA, está desembocando en la producción de imágenes violentas, sexualizadas o vejatorias con figuras de la vida pública como Kamala Harris o Donald Trump, además de grandes celebrities. Diferentes usuarios comparten sus creaciones con la inteligencia artificial de Musk y demuestran precisamente la falta de límites éticos, sin corsés a la hora de generar y compartir instantáneas con fines dañinos y violentos.
De hecho, también la Comisión Europea ha abierto una investigación contra X por incumplir la Ley de Servicios Digitales (DSA), al no atender a las obligaciones sobre contenidos ilegales y desinformación que sí incluyen límites a esta tipología de fotografías.
Todo esto, según concluye Víctor Salgado, para que Musk "posicione Grok lo más rápido posible frente al resto de competidores, desde OpenA a Google o Meta", pero con "claros costes para los usuarios en lo relativo a la protección de sus datos".