En su intervención en el Forum Economía Tribuna Galicia, el modisto ourensano acusó a los actuales gobernantes de ser "tan sordos" como en su día lo fueron Felipe III y Felipe IV. "No necesitamos un cambio de dinastía, sino un cambio de Gobierno", defendió y admitió ser partidario a título personal de una convocatoria anticipada de elecciones. "Como nos sigan gobernando los mismos nos llevan a la quiebra, ¿qué necesitamos? ¿un 25 por ciento de paro? Nunca estará peor la situación", aseveró.
Domínguez cuestionó iniciativas como el Plan E o el cheque bebé, "que son sólo paliativas", con las que entendió que España no saldrá de la crisis y afirmó que la izquierda se está "deslegitimando" al mostrar "tanta ineptitud" en su gestión, que atribuyó a su "falta de conocimientos". Por el contrario, abogó por una reforma laboral profunda y cargó contra los valores del PSOE, formación que en sus años de Gobierno ha dejado, como recalcó, "de nuevo" al país "en el 20 por ciento de paro". "La izquierda llega a creer, lo mismo que los católicos, que tiene el monopolio de la ética", censuró para augurar que perderá su "credibilidad" porque sus valores "ya no son útiles para los jóvenes", sino que, a su entender, lo son para aquellos que están "blindados en sus puestos de trabajo". Así, reprochó a la izquierda que "olvide" que al riqueza "es fruto del esfuerzo" y que sólo hable de derechos "y rara vez de deberes".
El empresario ourensano expresó su deseo de que el próximo equipo de Gobierno obtenga mayoría absoluta y "haga lo que tenga que hacer", aunque eso le lleve a perder las elecciones. También envió un mensaje a la derecha, a la que reclamó que se modernice y que no se "una" a "determinada gente" para captar el voto de personas como el propio Domínguez, que se vinculó al colectivo de entre un 5 y 10 por ciento de laicos que hay en la sociedad. Además, criticó que la derecha "use despectivamente" el concepto de "progresismo", dado que Domínguez se autodefine como "progresista", al asegurar que el progreso tienen "claras connotaciones positivas". "Tenemos una derecha torpe", agregó, para aclarar que el PSOE no es progresista, sino conservador por afirmar que defiende los intereses de la "antigua aristocracia" y los funcionarios.
El modisto ourensano también cargó contra los que calificó de "reinos de Taifas" en los que, a su juicio, se han convertido las alcaldías españolas y se preguntó "por qué no se vuelve a centralizar el poder urbanístico" al entender que "no se puede dejar al zorro al cuidado de las gallinas". "El comportamiento ético de los líderes políticos y empresariales debe ser intachable", aseveró, al tiempo que recordó que las élites -políticas, económicas y de opinión- han de "renovar cada día" el contrato social. "No se ponen de acuerdo en nada -en referencia a los políticos- salvo para convertir los ayuntamientos en cuevas de Alí Babá y los cuarenta ladrones", censuró.
Adolfo Domínguez urge el despido libre, "sin trabas administrativas ni judiciales", para aumentar la productividad
El diseñador de moda Adolfo Domínguez urgió la liberalización de las relaciones laborales en España a través de un despido libre "sin trabas administrativas ni judiciales", "a la manera anglosajona", por considerar que provocaría un "aumento de productividad inmediato" al motivar a las personas a ganarse "cada día" su puesto de trabajo. "Todas las medidas que se tomen para hacer más fácil el trabajo del emprendedor se reflejarán en una menor tasa de paro", defendió. En su intervención en el Forum Europa Tribuna Galicia, el modisto ourensano interpretó que España saldrá de la crisis si se efectúa "una reforma laboral profunda", que permita a las empresas expandirse en el exterior, y abogó por recuperar los "valores del esfuerzo" y del trabajo "bien hecho", de abandonar el "elogio de la pereza", en el que aseguró que se ha instalado la izquierda "cuando se vio obligada a abandonar por inservibles las banderas del socialismo real".
En esta línea, afirmó no creer en el Estado del Bienestar "tal y como lo han organizado los europeos y españoles" por entender que es "esterilizador" y que, a excepción de Alemania, está produciendo una "rápida desindustrialización" de Europa. Así, criticó que el Estado del Bienestar se financie con deuda y entendió que los derechos sociales conquistados en España proceden de los fondos estructurales europeos. "No creo en derechos que no podamos pagar", sentenció. "No creo en un sistema que permite que alguien se coja un año por depresión, la mayoría de las veces fraudulenta, se reincorpore y tenga 30 días de vacaciones", añadió, para reprobar un sistema que genera "un montón de pícaros" y rechazar la pereza. "Sólo podemos solucionar esta crisis trabajando más", sostuvo. "Los salarios han subido en 2009 y 2010, lo que producirá más paro", agregó, al entender que esas remuneraciones dependen de la productividad y que los españoles no cuentan con las empresas alemanas. "Son muchos siglos de aciertos y esfuerzos, de invertir en educación y ciencia", aseveró en referencia al país germano.
Por ello, proclamó su falta de credibilidad en el Estado del Bienestar y, por el contrario, su fe en el Estado y en el Ser, su defensa del esfuerzo, educación, inversión en ciencia y conocimiento. "Prefiero una sociedad organizada sobre la educación y el conocimiento que sobre el dulce hacer nada", insistió. "Hay que cambiar el Estado del Bienestar de arriba abajo", concluyó a este respecto. "No dejaría al mercado puro, no en la educación y la sanidad, prefiero poner el acento en la beca y en dar el dinero al individuo para que pueda escoger colegio", defendió al tiempo que apostó por un sistema educativo y sanitario "para todos" organizado de otro modo. "No creo que un profesor o un médico tengan que ser funcionarios, le quitan el estímulo de vida", afirmó.
El costurero ourensano reprobó la falta de reformas que ha caracterizado los últimos años y que, recordó, sí impulsaron José María Aznar y Felipe González -a diferencia de José Luis Rodríguez Zapatero, como señaló-. "El colectivo social está afrontando el peor tsunami de la Historia sin medidas, que nos puede llevar a la quiebra, como a Grecia". En respuesta a preguntas de los periodistas, consideró que elevar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años tiene "toda la lógica del mundo", al recordar que las personas viven una media de 80 años en España. "Además, se hará, protesten lo que protesten", auguró. "Se puede retrasar, van a venir unas relaciones laborales más flexibles, se quiera o no", reiteró, pese a advertir que la demora en introducir esas reformas quitará a los empresarios "armas para competir".
Domínguez lamentó que los líderes políticos, de los que aseguró que "quizás reflejan a la sociedad que los vota", tengan sueños "igualitarios e identitarios". "Hoy en las clases el ritmo se adapta al pelotón de los torpes, nos olvidamos de los superdotados", criticó, para defender su segregación en grupos de igual modo que ocurre en los países anglosajones. "En España hay una obsesión, un delirio, por la igualdad. ¿Por qué hay que machacar a los superdotados y los más inteligentes?", se preguntó, en referencia a un colectivo que, a su juicio, representa entre un 5 y 10 por ciento de la sociedad. "Todas las familias tienen dinero para cenar fuera una o dos veces a la semana y no para educar a sus hijos", reprobó, convencido de que la sociedad española, "poco educada", es culpable de esta situación, que no sólo compete al Estado. "Tenemos una sociedad poco educada, con menos ingenieros y sociedad científica de la que podemos tener. Aquí conocemos a futbolistas, cantantes y hasta escritores", aseveró, para lamentar la falta de científicos. "Lo que tenemos que cambiar es el acento que hemos puesto en la educación en los últimos 30 años", manifestó.
Preguntado por su opinión respecto a si el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, debería dimitir, Domínguez aseguró sentirse "solidario" ante la crisis que afecta a sus empresas, aunque admitió, tras recordar el préstamo concedido al responsable de la patronal por el Ministerio de Economía, que le preocupa que esa situación de "fragilidad personal" no le permita estar "en posición de negociar". "¿Tendrá la consistencia necesaria de defender los intereses de los empresarios, que son los de la sociedad en general?", cuestionó, para insistir en la necesidad obvia de "sentarse" y emprender "una negociación dura". A este respecto y en referencia a Díaz Ferrán, insistió en que no vendería su condición de primogénito "por un plato de lentejas". "Prefiero no tener acuerdo que tener un mal acuerdo o mediocre, es momento de flexibilizar de una vez. En este punto, se dirigió al presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Antonio Fontenla, quien recordó al diseñador de moda que no es sólo Díaz Ferrán quien toma las decisiones en la CEOE. "Ya tuvimos un mal acuerdo en julio y no quisimos firmarlo", apuntó el responsable de la patronal gallega.
También cuestionado sobre su opinión respecto al papel que desempeñan los sindicatos, el modisto ourensano aseguró no tener "nada en contra" de estas organizaciones, "pero tienen mucho pillín entre sus filas", observó, al tiempo que indicó que esto ocurre de igual modo entre empresarios, políticos y, en general, en el ser humano. "Es una institución necesaria, fue más necesaria de lo que es. Hay de todo", resumió. "Creo en el poder diluido, en que haya contrapesos. Hay sindicalistas buenos y malos y conozco sindicalistas que irán al infierno antes que yo", aseguró.
Situación de la firma Adolfo Domínguez
Adolfo Domínguez aspira a obtener el 90% de su negocio en el mercado internacional en diez años "como máximo" y que sólo concentre en España el 10% de sus ventas, según señaló el diseñador de moda gallego, que subrayó que el sector "está haciendo los deberes". En su intervención en el Forum Europa Tribuna Galicia, el modisto ourensano negó, por otro lado, que su firma esté reduciendo plantilla y aseguró que, por el contrario, la están aumentando. En esta línea justificó las pérdidas registradas ante la crisis, aunque señaló que su empresa no está "en liquidez negativa". "Me seguirán viendo aquí dentro de 20 años", subrayó.
Preguntado por sus diferencias con 'Zara', Adolfo Domínguez se definió como un "costurero", mientras que consideró que el presidente del grupo Inditex, Amancio Ortega, es "un gran comerciante". "Quizá el mejor comerciante textil de la Historia y es obvio que estamos en el mismo sector", apuntó. Adolfo Domínguez registró unas pérdidas de 3,56 millones de euros en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal (desde marzo a noviembre de 2009), frente al beneficio de 2,68 millones de euros registrados en el mismo periodo del ejercicio anterior. La firma alcanzó unas ventas por valor de 118,37 millones de euros durante los nueve primeros meses del ejercicio, un 10% menos que el mismo periodo de 2008, mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) decreció un 40%, hasta los 9,61 millones de euros. Asimismo, la compañía redujo hasta 597 su número neto de puntos de ventas, seis menos que a finales de febrero de 2008, tras el cierre de 59 tiendas al no haberse alcanzado los niveles de rentabilidad estimados y la apertura de 53 establecimientos. Asimismo, en los centros de El Corte Inglés, el grupo gallego ha pasado de 175 'corners' a 192.
La compañía continuará analizando todos los puntos de venta cuyo contrato de arrendamiento vence en los próximos meses, con el estudio de su evolución y análisis de las previsiones de rentabilidad estimadas para decidir la renovación o abandono de los mismos, sin estar previsto, a corto plazo, rescindir anticipadamente ningún otro contrato de arrendamiento.