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Mauricio:
el baloncesto
era tu vicio.
Mauricio Posada.
Canasta encestada.
Lo dijo Paco Centeno:
Me gusta más el pan de trigo,
se lo he dicho a mis amigos.
Que el trigo es el pan más bueno
que aunque me llame Centeno
yo prefiero el pan de trigo
Paco Díaz, Paco Díaz,
los goles que tu metiste
eran pura maravilla.
Y han quedado ya en la historia,
Paco Díaz, Paco Díaz.
Es un balón dividido:
de una parte el delantero,
y del otro estaba Tino.
¿Quién se llevaba el balón?
Siempre Tino, el pequeñito.
O Neno.
Milagrosa.
Dejémoslo estar.
Y a otra cosa.
Luis Antonio, Luis Antonio.
Jugaba bien al balón
sin olvidar las cartillas,
balances de posición,
un descuadre de la Caja,
cabreos del Director.
Todo eso lo olvidaba
si metía algún gol.
Lo mires como lo mires,
por un lado u otro lado
este chico del balón
se apellidaba PRADO
y jugaba -si jugaba-
casi siempre en SPORT AUTO.
¿Lázare? ¿Lázare? ¿Lázare?
¿Por qué, Lázare, por qué?
Porque viene de mi abuelo
y otra cosa yo no sé.
Yo no sé, ay, quién sería
este hombre, Don Horacio,
pero lo traigo sin más
y con un traje de cuadros.
La mirada distraida
con un balón en la mano.
Nos mira pero no mira
este portero, Docampo.