La sociedad civil pide consenso

Mi querido presidente. Tú sabes que últimamente me gusta poco comentar la política del país, que enseguida te cuelgan el “sanbenito” de politólogo y terminas, como Barreiro Rivas, sin saber bien lo que eres; si profesor, articulista, político en la reserva o todo ello a la vez. Pero estoy de acuerdo con él en lo del nivel del Parlamento. Desde luego este no aguanta ni cinco minutos de televisión, que es lo que comprobamos todos. Quizá porque tu discurso del consenso coincidió con La Roja y un buen partido de futbol no hay quien se lo quite de la pantalla a Gloria, que es mi futbolera mujer. Quizá…

Esta vez entro al trapo del Estado de la Autonomía porque he hablado con Javier García Sánchez; ya sabes, mi viejo colega que se ha metido a benefactor en Cáritas. Te juro que me puso los pelos de punta con eso de que está aumentando la pobreza. No solo en España, presidente, en Santiago también. Claro, con tanto recorte…

Ya sé que esas son cosas de Mariano que tú ya has hecho bastante en su día y ahora no se te puede pedir más…

—- Es que Feijóo tiene la virtud de tranquilizar a la gente, cosa que le falta a Mariano.

Eso es lo que dice de ti un amigo común y viejo zorro de esta política gallega de la que hace tiempo fue retirado por explícita orden de Don Manuel. ¿Te acuerdas?

¡Ay si don Manuel levantara la cabeza! Hay muchos que hablaban aún la semana pasada del zapatazo de Beiras y de aquella dialéctica parlamentaria tan culta que merecía ser adornada con música de arpas y violines. Naturalmente, clásica.

Este Debate del Estado de la Autonomía fue un más de lo mismo. Parecía una discusión entre ángeles y demonios. Y según te inclines a uno y a otro lado, verás el monstruo donde otro contempla la impoluta belleza del querubín.

Yo, la verdad, no entiendo mucho de estas cosas del consenso, pero como siempre he ido de oyente a aquellas reuniones, imitando a Alfonso Guerra, sí aprendí a escuchar. ¿Y sabes lo que se dice?

Que los que mandáis, los partidos políticos, los sindicatos, las organizaciones empresariales… no estáis en la pomada. O cuando menos no sois capaces de poneros de acuerdo para llevar al país, que es como un barco a la deriva, a un buen puerto y no a Os Aguillóns.

Mi gente está muy cansada, presidente; se cansó de escuchar o leer como dos tercios de una corporación municipal están imputados en un caso de corruptelas y se cree que la corrupción se ha instalado en los despachos de todos los políticos. Yo sé que no es cierto, que algunos, la mayoría, sois honrados, pero no hay quien les convenza; por lo menos en mi aldea, donde hay mucho paisano con retranca…

—– Polas portas dos concellos, das diputacións e da xunta saíu moito chalet…

Y claro, esta gente humilde no soporta comprobar el desarrollo urbanístico promovido por algún edil cuyo mérito en su vida fue llevar las papeletas “porta con porta”.

Así que mientras no haya unión entre TODOS los partidos políticos para sacar adelante LOS GRANDES TEMAS… corre peligro EL SISTEMA. Esta Democracia que tanto trabajo nos costó a unos cuantos de los que ahora seguimos trabajando, cincuenta años MAS TARDE, no por vocación sino por necesidad.

Mi querido presidente y demás miembros de los órganos decisorios de la política de este país… Las campanas de la iglesia aún no doblan a difunto, pero la sociedad civil os exige consenso a los cuatro grupos parlamentarios. Entonces, debierais poneros de acuerdo y lograr que el barco llegue, por lo menos, a Punta Langosteira.

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