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Se van de rositas

jueves, 17 de octubre de 2013
Cuando Carlos Marx escribió el Capital soñaba con abolir las clases sociales, pero su revolución proletaria no fructificó. Desgraciadamente, los pobres nunca gozaron de ningún poder. La sartén siempre estuvo, y está, en manos de los poderosos y éstos nunca dejaron de gozar de privilegios, en detrimento de la inmensa mayoría de los ciudadanos. Esa es la tozuda realidad por más que traten de convencernos con milongas como que la ley funciona igual para todos, que todos tenemos los mismos derechos, que todos pagamos en la misma proporción a Hacienda etc, etc, etc. No se lo creen ni los que firmaron la Constitución.

Para reafirmar mis convicciones les cuento, así por encima, pocos y pequeños episodios de nuestra Historia reciente:

¿Recuerdan el 23 F? Pues bien, al golpista general Armada, muy gallego él, por mantener la tradición involucionista de otros paisanos, lo condenaron a…cultivar camelias en “su” pazo. Como si sólo hubiese fumado un porro. A su colega Tejero, hombre “tan sensible” que quiso salvar la Patria y que por poco nos retrotrae al 36, le servían menú especial, le permitían pintar cuadros y recibir la visita semanal de su mujer, quien siendo maestra, abandonaba todos los viernes al mediodía el colegio para poder así tener un vis a vis. Permiso concedido por la autoridad educativa. Poco tiempo pasó entre rejas si pensamos en el mucho daño que pudo ocasionar. Y así otros muchos, entre ellos el famoso Milán del Bosch, que salieron también de rositas.

¿Recuerdan a Roldán, sí, el de las “belinnas” de las Rozas, aquel general de la guardia civil que se escapó con un montón de dinero y fue capturado en Laos? Pues mucho ruido y pocas nueces, un poquito en la cárcel y del dinero nada se supo. No supimos nosotros, él seguro que sí.

Alguna vez pensará usted y qué habrá sido de Amedo, sí, aquel policía de Lugo y de tan turbio pasado como su implicación en el caso Gal. Pues bien, si quieren, pueden verlo ustedes paseando por san Ciprián o Viveiro con su buena percha y elegantemente vestido.¿No podrá estar disfrutando de aquel jugoso patrimonio que generaban los fondos reservados?

¿Dónde está el famoso Correa de la Gürtel? Muy sencillo: Paseando por donde le plazca, porque aquí siempre hay subterfugios para concederle la condicional, y suerte tendremos si no los hay que indemnizar. Y sepan ustedes que todos ellos son presuntos, porque todos son presuntos, ninguno es chorizo ni ladrón, a ninguno se ha condenado y hasta es posible que haya que pedirle perdón al gallego Pablo Crespo, o al Bigotes, o a la ribadense Sonia Castedo, o a Fabra… o a Urdangarín. Aquí siempre es posible cambiar, como también es posible estar encausado e irse esquiar a Canadá como Barcenas. Si en Soto le queda un cuarto de hora…

¿Qué es eso de financiación ilegal cuando aquí de siempre se han pagado campañas electorales vía créditos blandos que se condonan, vía empresarios que llevan toda la vida dando mordidas? Y si hay alguna irregularidad, se espera que prescriba y asunto resuelto.

Que sí hombre, que sí, que aquí sale un Mario Conde de la cárcel y monta un partido para velar por la ética ciudadana. Que sí, que aquí hubo unas navidades que todos los jóvenes lo imitaban poniéndose gomina. Si no hay como ser de un equipo y llevar en el ADN la bolsa y el trinque, que tanto me da un presunto Rato, como un presunto Blesa, como un presunto bledo (seguro que a usted se le ocurre algún nombre para sustituir por bledo).

Que no hay como tener sangre azul y una Corina, o sangre de señoritos descafeinada que siempre tiene, igual que el descafeinado, premio. La roja de verdad, la de los obreros que son esquilmados por los Arturos o por los Ferrán de la vida, todavía anda dando malvas por las cunetas.

Mientras algunos celebran su memoria histórica con beatificaciones de mártires-perdonen la ironía- para así colaborar a cerrar heridas y es que, señores, ¿ustedes se creen de verdad que todos somos iguales? El Papa no es de derechas y… ¡pobre de él que sea de izquierdas! ¡Hasta ahí podíamos llegar!.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


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