Los famosos y sus escorpiones
Molares do Val, Manuel - martes, 27 de agosto de 2013
Periódicos, radios y televisiones de toda España viven estos días un debate de mínima importancia, como es que el portero titular del Real Madrid sea Iker Casillas o Diego López, y lo dan más espacio que a la guerra de Siria, con más de 100.000 muertos y sus millones de refugiados en otros países.
Además, sesudos comentaristas políticos han entrado en el caso defendiendo a Iker como representante de la democracia, y presentando a Diego como el héroe de los radicales Ultrasur y del exentrenador Mourinho, que desbancó a Iker para poner a Diego.
Una interpretación ideológica desenfocada porque no se trata de derechas o izquierdas, sino del perverso efecto que el periodismo de cama o de otras intimidades puede tener en las relaciones personales de los famosos.
La novia de Casillas es periodista. Sara Carbonero fue elegida hace unos años la informadora deportiva más sexy del mundo por Sports Illustrated.
Conociendo los entresijos del club de Iker por sus confidencias, y guiada por su vocación de gacetillera, ha facilitado información secreta al enemigo, los medios hostiles al club, tras lo que el portero se ve acusado ahora de topo y traidor por quienes lo consideran un espía.
Javier Gómez Bermúdez, importante magistrado de la Audiencia Nacional, también está casado con una periodista, Elisa Beni, tertuliana y tronista tan gritona como Pilar Rahola. Su marido sufre ahora dificultades en su carrera por convivir con una señora que berrea los asuntos delicados.
Quien intima con periodistas corre peligro de que se divulguen sus secretos, porque vivimos y morimos por una noticia: es nuestra naturaleza, como la del escorpión que se ahogó al matar la rana que lo llevaba sobre su lomo para ayudarle a cruzar un río.

Molares do Val, Manuel
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