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Preguntas con respuesta

Aurensanz, María Eugenia - martes, 09 de julio de 2013
Hace tiempo que no escribía una serie de preguntas y respuestas breves.

Vamos allá.

Por qué no veo las señales de mis seres queridos.

No ver o entender las señales que envían los seres queridos se puede deber a muchos factores. Por ejemplo,estar bloqueados, ansiosos, tener miedo; creer que las señales pueden ser de una manera determinada, etc.

Se nos olvida lo más importante, las señales las envían los seres queridos ya fallecidos cuando creen que las necesitamos o quieren comunicarnos algo concreto. Si consideran que ya lo han hecho, si ya se han puesto en contacto con nosotros y nos hemos dado cuenta de ello, no suelen repetirlo, por mucho que a nosotros nos gustara que lo hicieran.


¿Es bueno poner una vela para que mi ser querido vaya a la luz?.


No es ni bueno, ni malo. Lo importante al poner la luz, es que al hacerlo estamos pensando en el ser y nuestra intención es que tenga luz, amor y haga el tránsito de la mejor manera posible.

Es bueno poner una vela, si nos ayuda a estar bien, a integrar el duelo y a superar su ausencia.

¿Cuánto tiempo dura el duelo?

El duelo no dura un tiempo determinado. Cada muerte es distinta y las emociones que produce en nosotros también. Su duración dependerá de varios factores, hemos podido hacer el duelo estando en vida el ser que ha fallecido, del vínculo emocional que tuviéramos con él, la manera de morir, la edad, nuestro estado anímico, etc.

Son varias las fases por las que pasamos durante el duelo. No siempre son las mismas o se suceden de la misma forma con todas las muertes; a veces podemos estar contentos y al momento llorar, o podemos estar más serenos o fríos. Debemos ser pacientes con nosotros mismos, querernos, perdonarnos, ser tolerantes y escuchar a nuestro corazón.


He tenido un sueño con un ser querido que ya ha fallecido y no se si es real o imaginario.

No todos los sueños que tenemos con los seres queridos que ya han muerto, son realmente encuentros. Muchos de ellos tienen que ver con nuestros miedos, con la aceptación de su marcha y muerte, con sentimientos o pensamientos que quedaron sin resolver.

Otras veces, son encuentros claros en dónde podemos verles, abrazarles, comunicarnos con ellos. Sabremos cómo se encuentran aunque no tengamos una conversación con ellos.


Si pido a un ser querido que me ayude, ¿le molesto y no le dejo avanzar?


No. Al fallecer, elegimos voluntariamente ayudar o acompañar a los seres que siguen viviendo. Al solicitar su ayuda y guía, la darán siempre que puedan y consideren que la necesitamos. Debemos estar atentos a sus respuestas, pues no siempre son de la manera que imaginamos. Siempre recibimos todo aquello que necesitamos para seguir llevando a cabo nuestro camino en esta vida, aunque a veces, no coincida con lo que deseemos o hayamos pedido.
Aurensanz, María Eugenia
Aurensanz, María Eugenia


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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