Paco Pestana

(Ante la exposición de Paco Pestana en el Museo Provincial de Lugo, Octubre 2001)

-A veces la vida nos da sorpresas, "sorpresas nos da la vida", -que diría Rubén Blades- sorpresas y como si fuera poco: estimulantes- de muchp agradecer en estos días de "binladeces y bushadas"-.

-En momentos en que el mundo alcanza alguna de sus cotas más altas de absurdidad y torpeza, cuando te asaltan unas irresistibles ganas de "cortarte las venas con el DNI", después de hundir la esperanza tras la visión de cualquier noticiero. Cuando los seres que nos consideramos humanos, estamos logrando perder hasta la capacidad de asombrarnos del asombro, por lo que cuesta aceptar este" teatro del absurdo" que es el día a día,, la vida, esa eterna" desbaratadora", nos regala pequeñas pero, preciosas sorpresas. Una de ellas me sacudió el otro día en el Museo Provincial, ante el espectáculo del talento de un desmesurado artista.

-Estoy hablando de la irrupción de Paco Pestana en los espacios y los tiempos, del desborde de energía y genialidad que desprende todo ese montaje suyo, cercano a la poesía, pero no exento de una ironía desgarrante.

-Pocas veces,- lamentablemente- se tiene la oportunidad de estar frente, de casi poder "tactar" el arte sin medida, en toda la anchura y altura de lo mejor que poseemos los seres humanos.
-Perderse la oportunidad de gozar esta aventura equivaldría a desperdiciar la oportunidad de escapar, aunque sea por un breve espacio de tiempo de la locura, de la mala, de la negación de la vida, que intentan vendernos con fuegos de artificio, y "de los otros", los que destrozan niños en Kabul.