Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Hospital de los Inválidos

jueves, 30 de mayo de 2013
MEMORIA DE LUGO

Cuarteles de la ciudad

El apoyo del capitán general, marqués de Croix, fue decisiva para la construcción del hospital de los Inválidos

En el primer artículo que dedicamos al cuartel de San Fernando, construido entre 1779 y 1790 para Hospital de Inhábiles, hablamos del mérito del edificio desde el punto de vista artístico, pues supuso un cambio no sólo en el estilo arquitectónico sino también en la adecuación de la forma a su función prescindiendo del adorno por ser superfluo. Se pasa del barroco compostelano al neoclasicismo introducido aquí por los ingenieros militares.

La concesión a perpetuidad de la feria anual de San Froilán en 1775, el aumento de la población que supuso la llegada de los inválidos, muchos de ellos con sus esposas, y los diez años que duró la construcción del hospital, ayudó a mitigar la crisis económica que sufría la ciudad, ya que la obra pública facilitaba muchos jornales.

Pontevedra nos disputaba el hospital, pero Lugo contaba con el apoyo del capitán general, marqués de Croix, que para asegurar la instalación ordenó buscar alojamientos provisionales, capaces y cómodos, para unos quinientos hombres. Se buscaron y arreglaron casas, pero la falta de edificios con un mínimo de dignidad, hizo que el capitán general advirtiese que si no se corregían las deficiencias, se podría malograr el proyecto.

Ya indicamos en el artículo anterior que con la reforma de Carlos III de 1761, los hábiles quedaron en Madrid, Castilla la Vieja, Valencia, Navarra y Guipúzcoa, Andalucía, Galicia y Extremadura. Los Inhábiles se organizan en veintiséis compañías: ocho en Sevilla, siete en Lugo, tres en Toro y ocho en San Felipe (Valencia).

Treinta y cuatro años después del inicio de los trámites para la construcción del hospital o residencia, se entregó al Cuerpo de Inhábiles. Sobraron 38.599 reales y 7 maravedis. Algunas cantidades se destinaron a la construcción de armeros, perchas para las mochilas, y un canal para los comunes.

Hasta la construcción del seminario del obispo Aguirre, que se hizo entre 1888 y 1893 con más de doscientas cincuenta habitaciones, fue el edificio más grande de la ciudad. En los pisos se emplearon ciento treinta y dos vigas de madera de castaño bravo, dos mil trescientas cuarenta pontones, y cuatro mil seiscientas tablas de castaño, y en la armadura de la cubierta seiscientas vigas de distintos tamaños. Las ventanas eran ciento ochenta, y las puertas veinticinco.

El hospital, una gestión del intendente

El 17 de julio de 1756, los miembros del Consistorio se enteraron de que el intendente don José de Avilés, tenía información sobre la posible instalación en Lugo de un batallón de inhábiles, compuesto por cuatrocientos o quinientos hombres, con sus oficiales. Para poder influir en la construcción de su residencia necesitaba saber si había cuarteles para acomodarlos, aunque fuesen provisionales.

El Ayuntamiento respondió favorablemente el 31 de julio, y el 11 de agosto el intendente comunicaba haber cursado la solicitud. Prometía todo su apoyo y advertía que era preciso tener paciencia y no reparar en los contratiempos. El 18 de agosto el Ayuntamiento comisionó a los capitulares Juan José Osorio y Manuel Valcárcel para ir a A Coruña a dar la enhorabuena al comandante general del reino que acababa de llegar. A la audiencia, que tuvo lugar el 12 de noviembre, no acudió por indisposición Juan José Osorio sustituyéndolo Pedro Vicente Sanjurjo, entregándole el plano del cuartel que había hecho el maestro de obras de la Ciudad.

Eligió el solar el arquitecto de la cárcel de A Coruña Francisco Antonio de Zalaeta

En 1756 se iniciaron las gestiones para conseguir un solar adecuado. El 4 de noviembre de 1758, el intendente don Juan Felipe de Castaños, comunicaba que se desplazaría a Lugo el arquitecto y asentista de la Real Cárcel, don Francisco Antonio de Zalaeta, para que reconociese el lugar que reuniese las mejores condiciones.

Este arquitecto, que estaba también en las obras del arsenal de Ferrol, consideró adecuada la parcela situada entre la calle del Sol (San Froilán), lado N, y el carril del Indigno (Manuel Amor Meilán), lado S. Al E, estaba el campo de la iglesia del hospital, y al W, los edificios que tenían sus fachadas a las calles del Sol y del Indigno. El 18 de octubre de 1779 se formalizó la venta en 10.610 reales.

El plano del edificio ya había sido reformado por el arquitecto de A Coruña don Martín Gabriel. Fue después perfeccionado con tanteo y regulación del coste de materiales por los maestros de obras de la ciudad, enviándose toda la documentación a la corte, indicando la mejor forma de financiación.
De Abel Vilela, Adolfo
De Abel Vilela, Adolfo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES