Estamos perdidos, o no

LA POLÍTICA MÁS IRRACIONAL

Estoy perdido, mi amigo. No sé qué lugar ocupo en esta sociedad de castas, porque cada día me resulta más difícil averiguar a cuál de ellas pertenezco, si tengo en cuenta mi pasado profesional.

—- El pasado ya no existe…

Será así. Entonces he tirado por la borda cincuenta años de mi vida en los que me debería haber dedicado a otra cosa.

—- O no. Piensa que ocurriría si hubiera estado otro Bárcenas en tu lugar.

Verás. Por una parte siento que en mí mismo, como individuo, se ha instalado una especie de sistema invasor que me arrastra hacia la minoría dominante que me agobia con sus mensajes. A veces creo hasta en sus mentiras.

—- No puede ser…

Pero por otro lado prospera en mi “yo” la definición de habitante común. Es decir, la de ciudadano que se manifiesta y cuenta sus derechos sociales, esos que le son negados por la casta gobernante.

—- Claro, es que te han roto las reglas del bienestar.

Entonces, a mí, antiguo seguidor convicto de la Europa Común y del gran tratado constitucional, me han cambiado los cromosomas sociales porque estoy tan cabreado que no dejo de dar el cante.

—- A mí me pasa lo mismo…

—- Y a mí…

—- Y a mí…

Yo no soy como Ada Colau ni como Vestrynge, que mas quisiera a mis casi setenta. Menos mal que mi ADN, ese señor que selecciona a los buenos y a los malos, no me permite ni acercarme a las falsas creencias de los individuos de alto rango político actuales, bastante menos éticos y honrados que los de antes.

—- Pues no andas nada perdido…

Sí, porque a veces, cuando se trata de acudir al domicilio de un diputado e insultarle para que lo escuchen alto y claro su mujer y sus hijos… entonces, me pierdo en ese difícil camino que va de la justa teoría a la trama legal.

—- Es lógico que la gente pegue donde más le duele…

Sí, claro. Sigue existiendo un abismo entre la clase trabajadora y esta casta dominante que, en vez de acortar distancias, se siente como poseída por ese su “rango” y quiere perpetuarlo en sus familias… que en Galicia hasta “se heredan diputaciones provinciales”.

—- Es la política más irracional que he conocido.

Porque, amigo mío, esto que hacen no es política. Es economía aplicada con irracional sentido desde ese diario que llaman BOE, una especie de crónica que emana del Congreso de los Diputados aunque se redacte en el Palacio.

Y como ni siquiera tiene una sección de “cartas al presidente”…

—- Por eso nos hacemos oír aunque sea en esa calle donde, por casualidad, vive el señor diputado.

Por cierto… ¿Habrá alguien de la ciudadanía que entienda a los politólogos cuando hablan de escraches?

—- Solo la señora Vicepresidenta del Gobierno, porque es quien dicta las opiniones, protegida por ochenta escoltas que pagamos todos…

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