Para la mejor mamá del mundo

La relación de una madre a un hijo, es la más perfecta de todas las relaciones humanas.

Celebrar con alegría que gracias a tus padres existes, debería agradecerse a diario, ¡favoreciendo que fluya así de forma más armoniosa el amor en todo lo que te rodea!. Detrás de cada historia personal se pueden esconder ciertos conflictos que hará para algunos tener una visión negativa sobre una madre. Ambos progenitores son necesarios para la concepción, formación emocional y educación pero el afecto materno es el protagonista principal en cada momento de tu vida incluso hasta en tu propia muerte. Dale mimos siempre y si por lo que sea no la tienes a tu lado, recuerda en tu corazón todo lo que te ha dado aunque te parezca poco. Algunas madres tienen que hacer de padre y madre o pasar múltiples sacrificios y penas para sacar a su descendencia adelante, ¡a todas las mamas a todas ellas diles siempre que son maravillosas!.

Súper-Mami
Una madre tiene súper poderes, adquiridos por “ciencia infusa” cuando gesta a su bebe. Su capacidad de resistencia física le permite vigilar a su hijo mientras duerme o está enfermo, sin agotarse ni quejarse. Gracias a la telepatía, sabe lo que necesitas en cada momento. Lleva en un microchip interno mental una “maquina detectora de mentiras”, siendo por ello dificilísimo engañarla. Debido al control mental sabe como manipularte afectuosamente para que hagas lo que ella quiere. La visión extrasensorial le permite ver todo lo que escondes. Su videncia premonitoria hace que acierte siempre en lo que te va a pasar con los amores o amistades. Sea biológica o adoptiva una mujer que esté al cuidado de un menor trasforma sus estructuras cerebrales espectacularmente, desarrollando “reflejos instintivos de protección” que le avisaran de cualquier dificultad por imperceptible que sea para los demás, interpretando como nadie el lloro de su hijo.

El premio es para ella
Gracias al esfuerzo y sacrificio de una madre, muchas personas llegan a donde están laboralmente, al ocuparse de sus tareas estudiantiles entre otras cosas, en todas sus etapas de vida; infantil, adolescente o adulta. Haciendo lo posible para que su descendencia evolucione más y mejor que ella, su inteligencia es superior porque es emocional, la generosidad de entrega hace que cada triunfo se le deba en parte, a ella.

¿Tú mejor amiga?
El cordón umbilical emocional a veces no se corta nunca y eso pasa factura de adulto. El primer amor conocido es el que es “exclusivo el que se tiene con la mamá”. Para Freud, que una relación de pareja no funcione depende de cómo te lleves con la madre, la “castración o privación” que ejerció esa mamá con su descendiente y como éste resolvió esas primeras negativas, sea varón o hembra. Un exceso de control hará que su hijo se sienta siempre violento. Una madre debe ofrecer; confianza, seguridad y honestidad.¡No quieras ser la mejor amiga de sus hijos sino la mejor madre!.

Mejora la relación
Si existen vacíos en la comunicación afectiva con la mamá, seguro tendrás problemas sentimentales con las parejas y es importante “sanar esa relación con la progenitora”. Cuando juzgas a tu madre te haces daño a ti mismo; acéptala tal como es, para honrarla con amor. De adultos a veces nos convertirnos en madres o padres de nuestra propia madre, aconsejándola o diciéndole que hacer, riñéndola y eso nos coloca en una posición que no es la adecuada. Respétala en su espacio y no abuses de su tiempo para que te solucione tus obligaciones para tu mayor comodidad y egoísmo. Cuando tienes algún desencuentro con tu madre, conectas con la ira que tienes acumulada hacia otras cosas y las pagas con ella, ¡aprende a soltar “esa mierda” de forma constructiva sin arremeter contra ella!. Si valoras sus cosas positivas conectarás mejor con ella.