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Los negocios de la sanidad

lunes, 22 de abril de 2013
Hace años, desde mi condición de vocal nacional electo del Consejo General de Colegios Médicos de España, y siendo Presidente el cirujano Ramiro Rivera, después diputado por el PP, en el Congreso de Madrid, le hice entrega al Ministro de Sanidad del PSOE, el inolvidable Ernest Lluch, de un trabajo en el que desde mi condición de profesor de Salud Pública de la Universidad Pública Vasca, instaba a cambiar los Ambulatorios de la Seguridad Social, por Centros de Salud, con equipos de atención integrada e integral, multidisciplinaria –curar y cuidar- .

En tal trabajo además de la Geriatría y las investigaciones gerontológicas, medio ambientales, o de las consecuencias de los fenómenos inmigratorios, recomendaba, el uso de principios activos en la prestación farmacológica, así como la presencia de unidades de farmacología clínica en los centros de Salud, para la dispensación de medicamentos, al igual que en los Hospitales. El consejo general de farmacéuticos, puso el grito en el cielo, y me destituyeron.

Posteriormente, en mi condición de Parlamentario Vasco –cinco legislaturas- logré que en Euskadi, la colegiación de los profesionales de la sanidad, no fuera obligatoria. Amén de instar a dichos organismos de la sociedad civil, a cuidarse más de la deontología en la práctica, y menos de las relaciones laborales, que era territorio de los sindicatos obreros, como CCOO al que pertenecía y pertenezco.

Una de las cuestiones deontológicas que más me ocupaban, era la del uso y prescripción de los medicamentos, por incentivación de la industria farmacéutica; y en general, las razones del consumo farmacéutico y protésico, que no ha sido, a día de hoy, suficientemente controlado mediante protocolos, guías y compras centralizadas.

Recientemente, se hace pública el fallo de la Corte Suprema de la India, denegando a la multinacional Novartis, el derecho de patente sobre un nuevo medicamento contra el cáncer, ya que con tales conductas, las farmacéuticas tratan de salvar los obstáculos del uso de genéricos, con grave perjuicio para usuarios y países pobres, que requieren de medicamentos baratos frente a la codicia de la industria promotora de nuevos-viejos fármacos a los que coloca en el mercado con buenos precios y la complicidad de los galenos.

Otro de los negocios en torno al derecho a la salud es, la derivación de pacientes del sistema público al privado o concertado, para paliar los tiempos de espera. Pero la primera pregunta que hay que hacerse es, ¿quién controla o promueve las listas de espera?

Desde el momento que se permite ejercer la actividad médica en centros públicos, en horario de mañana, y centros privados en horario de tarde, la picaresca está servida. Incluso, no se ha tenido en cuenta la ley de incompatibilidades. Se siguen nombrando jefes de servicio hospitalario del sector público, a facultativos con intereses en el sector privado. Se hacen conciertos con clínicas en las que trabajan médicos jerarquizados del sector público, a los que la existencia de listas de espera en lo público, causa la frecuentación, en la privada, de los pacientes que no están por la labor de esperar seis a más meses para una consulta o una intervención quirúrgica.

Por cierto, hay un personaje en nuestra Galicia, de conducta recurrente. El que fuera Consejero de Sanidad en el último gobierno del PP con Fraga, tras la derrota y llegada del bipartido, se refugió en la Sanidad madrileña de personajes tan controvertidos como esperanza Aguirre y su consejero Lamela. Hoy, disfruta del cargo de Gerente del CHOP. Gerente del Complejo Hospitalario de Pontevedra, del SERGAS. Curiosamente, puedo contar dos historias del personaje.

Estando de Conselleiro en el 2005, me cesa de mi cargo de Gerente del Hospital General de Burela, entre otras razones, por mi negativa a concertar con una Resonancia Magnética privada, recién instalada en Burela, cerca del Hospital. Concierto que, en cuanto me quitan de en medio, realizan.
Pero es que la cuestión se agrava. Ya que durante la campaña electoral al Parlamento gallego del 2005, este caballero se permite inaugurar la “primera piedra o tornillo” de una Resonancia Magnética pública para el Hospital de la Costa, que naturalmente, nunca pasó del intento oportunista.
Pero, nuestro ínclito personaje, ha regresado a su Galicia natal. Y ha sido denunciado por el comité de empresa del CHOP, por incompatibilidad manifiesta, ya que “compatibiliza” su cargo en la sanidad pública con el de apoderado de una firma privada, cuestión por la que la fiscalía ha instado a la sanidad gallega a actuar de oficio por vulneración de la ley de incompatibilidades para altos cargos, tal como reza la propia Ley de Saude de Galicia.

Claro que no será el único caso. En A Mariña, cinco jefes de servicio del Hospital Da Costa, figuraban como vocales del consejo de administración, -accionistas de una clínica privada-, incluso, uno de ellos, que llega a ser Gerente del Hospital, era el Presidente de dicho Consejo de Administración.
Y es que “hecha la ley, hecha la trampa”. Y es que, para que el sector privado funcione, es preciso que el público “haga aguas”.

Supongo que en el Colegio Profesional de este ciudadano, todavía Gerente del CHOP, ni están enterados, ni se espera que se enteren de, que constituyó el 23 de marzo del 2012 una sociedad de inversiones, en la que goza de capacidades directivas y ejecutivas.
Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


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