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La iglesia parroquial de San Marcos

jueves, 04 de abril de 2013
Memoria de Lugo. Iglesias y capillas

La iglesia parroquial de San Marcos, estaba en la zona conocida en la Edad Media como O Carballal, por existir una gran carballeira en la que se celebraba la feria mensual del día 1 de cada mes. Por esta razón en la documentación también aparece denominado el lugar como Kalendis. La iglesia desapareció pero se conserva el nombre de San Marcos en la calle que era la del Carballal, en donde se hacía la feria anual de los paños. Según la tradición fue la primera iglesia abierta al culto católico en la ciudad.

Poco después de llegar el obispo don Fernando de Velosillo (1567-1587), visitó las iglesias parroquiales de San Pedro y de San Marcos, observando que estaban mal reparadas e indecentes para el culto. Para poder trasladarlas a capillas de la catedral en diciembre de 1567 encargó a su secretario Luis de Ruesta, que recibiese información de los parroquianos.

Por los interrogatorios sabemos que estaba peor reparada y servida que la de San Pedro, que la tenía en tenencia, por sus días, el canónigo Gondin, que la tenencia estaba a cuatro o cinco leguas de la ciudad, con cuya renta, aunque pobre, podía tener la iglesia bien reparada y adornada, y sobrarle más de 15.000 maravedis.

La administraba el Cabildo, tenía hasta veinte feligreses entre hombres y mujeres, estaba pobremente adornada y mal reparada y muchas veces pasaban quince días sin decir misa en ella, por estar Gondin enfermo o fuera de la ciudad, lo que propiciaba las quejas de los feligreses. Los pocos parroquianos, veinte frente a doscientos de la de San pedro, nos da idea de la despoblación de esta parte de la ciudad, eminentemente rural.

Aunque fue suprimida como parroquia el 19 de octubre de 1569, la iglesia siguió dependiendo del Cabildo, y estuvo abierta al culto, según lo dispuesto por el obispo, y en consecuencia el 21 de julio de 1696, mandaron arreglarla. También tenemos noticias de otras obras por acuerdos del 10 de febrero de 1720 y 26 de abril de 1729, en que se acordó enlosarla y arreglarla. En 7 de mayo de 1737 se mandó que la limpieza de la ermita se encargase a los curas vicarios de Santiago y San Pedro.

La iglesia según sus feligreses

Ruesta interrogó a dos feligreses, Gómez de Magoi, de 40 años, que conocía la iglesia desde hacia unos treinta, siendo parroquiano de ella unos veinte, el cual sabía que la iglesia de San Marcos estaba muy indecente para decir misa, y al zapatero Pedro Fernández de Rubiales, de unos 70 años, feligrés desde hacía más de cuarenta años, que por su declaración sabemos que la iglesia estaba muy mal reparada y adornada, y los ornamentos eran muy pobres y mal arreglados, y no sabía si sería bueno el traslado a la iglesia mayor.

El 10 de octubre de 1569, el fiscal eclesiástico pronunció sentencia. Declara que la iglesia de San Marcos se podía suprimir por la comodidad que los feligreses de ella tenían en ser administrados en la capilla curada de Santiago. La suprime con la obligación de que el cura de Santiago el día de la advocación de la citada iglesia, dijese misa en ella, procurando que estuviese reparada en todo lo necesario por cuenta de quien la debiese reparar. La supresión es autorizada por el obispo el 19 de octubre.

Se adecentó exteriormente cuando Isabel II visitó la ciudad

En las actas del Cabildo se recogen acuerdos para hacer obras, como el de 28 de febrero de 1815, en que se manda arreglar la capilla. El 14 de marzo de 1831, se ordenan hacer unas reparaciones, que debieron ser importantes, ya que se trasladó el culto a la iglesia del convento de Santo Domingo, celebrándose en ella la festividad del santo.

Con motivo de la visita a la ciudad de Isabel II, su esposo e hijos, el 28 de agosto de 1858 se mandó dar blanco a la capilla y muros adyacentes, según pedía el alcalde con motivo de la próxima llegada de los reyes, pero a la vez se envió queja a la autoridad municipal por haber mandado derribar los tapetes, es decir, los beiriles, según el término del país, o más propiamente, cepas o arco de piedra que estaba sobre el dintel de la puerta de su cementerio, rogándole que volviesen las cosas a su sitio, por haber faltado a la equidad por cuanto habían respetado uno contiguo de propiedad particular. También pidieron la entrega de los ornamentos que habían sido retirados de la iglesia.

La iglesia desapareció para hacer un hospital, que hoy es la Diputación

El 23 de enero de 1861, el gobernador civil invitó al Cabildo como propietario de la capilla, a cederla para edificar en su solar y adyacentes un hospital provincial a fin de evitar los trámites del expediente de expropiación forzosa por causa de utilidad pública.

En vista de ello se acordó proceder a la enajenación de la capilla y adherencias, previa autorización del ordinario, para lo que fueron nombrados los señores deán y doctoral. En 3 de febrero de 1861 se recibió el consentimiento del obispo don José de los Ríos Lamadrid (1857-1884) y el 4 de abril de 1866 el arcediano recibió los 19.620 reales de la expropiación, cantidad que por indicación del obispo se destinó para adquirir ropas de la iglesia.
De Abel Vilela, Adolfo
De Abel Vilela, Adolfo


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