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Psicosas: Romper el mito

miércoles, 15 de junio de 2005
Llevaba varias horas caminando tras el rastro de la presa herida. Días atrás, las provisiones se habían agotado y la proximidad del invierno hacía aconsejable hacerse con nuevas pieles. El rastro de sangre se internaba en el bosquecillo y la configuración de las huellas dejaba adivinar que el animal arrastraba torpemente una pata. Wumph sintió una oleada de calor por su pecho. Había valido la pena arriesgarse más allá de donde nadie en el clan se había aventurado. Ciertamente, estaba penetrando en la tierra prohibida de los espíritus, pero los suyos necesitaban comida o, de lo contrario, morirían de inanición en poco tiempo.

En la mente del troglodita bullían aterradoras historias de cazadores intrépidos que, habiendo osado internarse en el territorio prohibido, no habían regresado jamás, salvo a los sueños del hechicero para narrarle sus atormentadas vidas en el más allá. Su corazón comenzó a batir aceleradamente; las aletas de su nariz estaban dilatas por una razón bien distinta a la fatiga y sentía en sus manos la humedad de un sudor que no era el resultado del esfuerzo físico realizado: Wumph estaba sintiendo el miedo en su propia carne.

En el interior del bosque todo estaba en calma. Unos metros más adelante, junto a unos matorrales, vio a su presa exangüe. Sintió el impulso de cargar con el venado y salir huyendo de aquel lugar amenazador; sin embargo, reprimió su miedo y decidió explorar aquel nuevo territorio antes de regresar a la cueva donde los suyos le aguardaban. Observó que aquel no era, ni mucho menos, un lugar de pesadilla sino más bien un terreno acogedor: había leña de sobra para muchos inviernos y, a juzgar por las huellas, la caza se prometía suficiente para saciar el hambre del clan. En realidad, más que un lugar maldito, aquel parecía un excelente paraje para asentarse en mejores condiciones que en la húmeda caverna.

De pronto, el retumbar de un trueno le heló la sangre al tiempo que lo hacía rodar por tierra. ¿Sería de la voz de los espíritus enojados por su intrusión en la tierra prohibida? Permaneció pegado a la hierba hasta que la lluvia empezó a empapar todo su cuerpo. Los truenos fueron alejándose y Wumph se dio cuenta de que nada nuevo estaba ocurriendo; ya había presenciado muchas tormentas en su vida y, en ningún caso, los espíritus habían obrado maleficio alguno. Se incorporó, y cargando otra vez con su presa, lanzó un grito de triunfo hacia las negras nubes que derramaban su lluvia abundante sobre la tierra.

Aquella noche, en lo más profundo de la caverna, Wumph iba a tomar en sus manos los sagrados pigmentos de la historia del clan para plasmar sobre las paredes una nueva escena de caza; no iba a tratar de la larga persecución del venado hasta el territorio de los espíritus, sino, más bien, de la conquista de su propio valor, de su liberación respecto a las supersticiones: iba a pintar un cazador, sin armas, mirando cara a cara a una "nube de trueno" que lo obsequiaba con su lluvia mansa.

LOS DOS CAMINOS
A menudo, tenemos que enfrentarnos con nuestros propios tabúes, con nuestros mitos personales que nos paralizan, nos frenan, nos impiden ser nosotros mismos. Muchas veces, esos tabúes no pasan de pequeñas creencias inconsistentes y se denominan Pereza, Inercia o Rutina. Pero, de vez en cuando, tenemos que habérnoslas con nuestros “demonios mayores” que suelen llevar los nombres de Vergüenza, Culpa y Miedo.
Cuando nos toca lidiar con compañeros de viaje tan molestos, normalmente, tomamos el camino del “dejarse ir”; es el más sencillo de tomar porque tiene un trazado en pendiente hacia abajo. Recorremos este camino a base de lamentarnos, culparnos (o culpar a los demás) o desesperarnos. Lo cierto es que esta senda, tan fácil de recorrer, no conduce a ninguna parte; si acaso, nos lleva directos a lo más profundo de nuestro desánimo y cuanto más perseveremos en esta senda, más difícil nos va a resultar salir a flote.

Si queremos salir de nuestros atolladeros emocionales, si -de verdad- deseamos romper nuestros mitos personales, nuestros tabúes limitadores, debemos emprender el camino que va hacia arriba. Es más difícil de recorrer pero ese sí que nos lleva a metas más deseables. Este camino se inicia con la pregunta: ¿qué puedo hacer?, culmina su primera etapa cuando se encuentra respuesta a cuestiones del estilo: ¿a dónde quiero llegar? Y se vuelve especialmente fructífero cuando se logra contestar a la pregunta: ¿qué estoy aprendiendo?

Estos son los tres peldaños que conducen al control de las situaciones, las preguntas mágicas que nos convierten en protagonistas de nuestra propia vida.

NIÑOS: EL VALOR DE LA LECTURA
Todos los expertos coinciden en señalar la importancia de la lectura como elemento formativo para los niños y los jóvenes. El valor de los hábitos lectores, sin embargo, no radica sólo en el potencial formativo de los textos sino que, además, por sí mismo, el acto de leer favorece un buen número de mecanismos psicológicos que conviene mantener a punto:

En primer lugar, los buenos lectores logran fácilmente sumergirse en los pasajes a los que se asoman; van fortaleciendo así su capacidad de atención y concentración.

Además, el lector ávido, es capaz de ir transformando el texto en imágenes mentales, con lo que está desarrollando su imaginación y, en consecuencia, acrecienta su propia creatividad.

Por supuesto, las habilidades verbales de comprensión y fluidez se incrementan con la práctica lectora y, de esa manera, se enriquecen los aspectos lingüísticos que contribuyen al desarrollo de la inteligencia.

Los niños adquieren hábitos por impregnación. Si queremos que nuestros hijos lleguen a ser unos buenos lectores, debemos serlo nosotros primero. El consejo para estos meses de verano será, por lo tanto, frecuentar las librerías para reponer material lector en casa y dedicar un tiempo a la lectura en familia –cada cual con el material adecuado para su edad.

BIBLIOTERAPIA
Título: El 8º hábito. De la efectividad a la grandeza Autor: Stephen Covey.
Editorial: Paidós Empresa. Nº de Páginas: 470
Composición: Disposiciones de aprendizaje, actividades de vida, actitudes de amor y voluntad de dejar un legado.
Indicaciones: Lectura especialmente recomendada para gente con inquietudes, inconformistas y ávidos de fundamentaciones éticas. También indicado para depresivos con atisbos de lucidez y ansiosos sin excederse.
Interacciones: La lectura se optimiza tras la lectura de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva del mismo autor, aunque no es necesaria la lectura previa de esta obra para llegar a la esencia del 8º hábito.
Efectos secundarios: tras un período de optimismo, es posible recaer en la rutina. Entonces, habrá que retomar la lectura, subrayando, anotando, asimilando y poniendo en práctica.
Advertencia: Esta lectura está fuera del alcance de los niños. Conviene traducir sus principios a un lenguaje asequible a los más pequeños para que vayan desarrollando actitudes adecuadas.

NOTICIAS DE NUESTRO CENTRO
El pasado día 9 de Junio participamos en el XII congreso de la Asociación Gallega de Salud Mental con la ponencia: Semántica General y Psicoterapia.
En Santiago de Compostela, impartimos la conferencia “Educar a nuestros hijos”. Asimismo, en la comarca de Sarria (Lugo), pronunciamos esta misma conferencia y la charla “Ocio creativo”
A nuestras actividades habituales de PSICOTERAPIA, añadimos nuestra oferta de COACHING PERSONAL tanto en forma presencial como a distancia, mediante contacto telefónico.

FRASE DE ORO
"Los valores son como las huellas dactilares: nadie las tiene iguales y se dejan en todo lo que se toca". Anónimo.
Álvarez, Ramiro J.
Álvarez, Ramiro J.


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