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Necesidad de futuro

miércoles, 13 de febrero de 2013
A D. Vicente Gradaille Trobo
In memoriam.

Después de cansarnos del desánimo, tan propio de nuestra Tierra, conviene pensar que necesitamos futuro. Nadie, de los que mandan, ha demostrado que le preocupe demasiado o, si lo ha hecho, ha resultado muy ineficaz; aunque debamos de agradecerle los esfuerzos, y, sobre todo, necesitamos abandonar la dejadez, el pasotismo, la resignación del ya manido “esto es lo que hay”. Y esa resignación, que no es cristiana porque justifica la cobardía, no es válida para aquellos a los que nos preocupa el paro, y con él el hambre, la emigración y el bienestar de la sociedad. Y no estoy sólo.

Hay que luchar, esforzarse, buscar soluciones y, sobre todo, arrimar el hombro. Ya está bien de camarillas derrotistas, que jamás aportaron nada que no fuese desprecio, desconfianza y maledicencia sobre aquellos que trataron y tratan de cambiar las cosas. Ya está bien de sentirse agotado sin haber aportado nada a la comunidad. Ya está bien de predicación tabernaria y tan escasa participación en cualquier iniciativa altruista, que sirva para mejorar las condiciones de vida propias y ajenas.

Nuestra comarca tiene urgencias para evitar el colapso. La pesca, antaño motor dinamizador de la zona, está en declive en su tradicional trabajo, y mal que nos pese, se imponen las piscis. La industria es escasísima, y hasta aquellos que sabemos de los peligros de contaminación por fluorosis, hemos participado en la defensa de la Alúmina, manifestándonos, aún a sabiendas también del chantaje energético al Gobierno. La industria maderera paga la crisis de la construcción y el desplome global; y el resto son algunas escasísimas y variopintas empresas que no llegan a los cien empleados. Tenemos también, y sobre todo, las pequeñas, que subsisten a base de sueldos más bajos y con escaso mercado. La industria turística, que aquí dura como mucho un mes al año, sufre las lógicas consecuencias de una economía muy o bastante precaria. Y ¿Qué decir del comercio de ropa y calzado, antes sustento de unas cuantas familias? Hoy la gente se desplaza, a pesar de las malas carreteras, a comprar a otros lugares con el consiguiente deterioro para nuestras tiendas.

Se nos prometió una Variante, que dinamizaría la zona, pero ya sabemos que en los mítines siempre se les calienta la boca. Debiéramos aprender de las promesas incumplidas y, lógicamente, pasarles la factura en las elecciones. Pero somos más fieles a la ideología que a las personas y eso es, a mi entender, un error. Somos demasiado inflexibles en nuestra ideología y eso nos resta objetividad.

Estamos atascados, o incluso en recesión, como el resto de País. Los patriotas, que tanto se visten con la camiseta nacional o las pegatinas en los coches, son de pacotilla, y, cuando vienen mal dadas, huyen a las suizas de la vida, como claros ejemplos vivimos diariamente para vergüenza ajena. No sólo nosotros, sino también otros pueblos, estamos bajo mínimos, pero eso no justifica el inmovilismo. Hemos de decirle a los organismos oficiales, léase Xunta, Diputación, Costas, Portos… que ellos, los funcionarios que mangonean, no están autorizados para favorecer a este o aquel cacique, sino que son organismos públicos y su misión es velar por los intereses de todos los ciudadanos. Ya está bien que su fanatismo ideológico empantane el desarrollo de un pueblo o sirva a determinados grupos de presión dañando el bien común. Y ejemplos hay con el Puerto Deportivo, el abandono del Muelle o el mamoneo del Haley- empresa privada que se beneficia de terrenos públicos merced a los tejemanejes de determinados “prohombres”- Es preciso que se tomen las medidas necesarias para recuperar para el pueblo los terrenos de dominio público, concesiones administrativas que benefician a unos pocos en detrimento de los demás. ¿Cuándo caducan las concesiones administrativas? ¿Por qué se conceden los permisos a espaldas de los ciudadanos? ¿No son lícitas las sospechas de corrupción? Ciertamente resulta muy extraño que aquí todo sea legal.

Entre las cosas que requieren esa ley de Trasparencia que prepara el Gobierno, conviene que la ciudadanía pueda saber las cosas, abandonando el oscurantismo típico de otra época, y el porqué de la toma de decisiones muy polémicas. Son muchísimas las cosas que requieren reformas: las eléctricas abusan lo que les da la gana-baste ver los nuevos contadores y los peajes que pagamos- e, igual que las autonomías, siempre “sufren” deudas históricas. Las telefónicas, el transporte, los precios de las autopistas…resultan increíblemente abusivos con la aquiescencia y apoyo de los gobiernos.¿Protegen a los ciudadanos o sus intereses en los consejos de administración?

Pero, volviendo a Viveiro, se necesitan grandes pactos para salir adelante con fuerza y, aparcando de una vez tantas cargas ideológicas, trabajar unidos en los retos más inminentes. Industrialización efectiva y apuestas de futuro, que los organismos competentes deben exponer: I +D en pesca, madera, agricultura- por ejemplo, creo que la agricultura ecológica necesita planificación a escala competitiva, cauces de distribución y, sobre todo, empresarios que crean en ella- Variante, Muelle, recuperación del “ Gran Hermano” …

Es urgente evitar la sangría de la emigración de nuestra juventud más preparada. Ellos eran los llamados a tirar del carro de una sociedad vieja y subvencionada que así no ve futuro y, aunque sólo sea un sueño, no cabe duda que necesitamos futuro.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


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