Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Transmuta tu género en Carnavales

martes, 12 de febrero de 2013
¿Porque a algunos les apasiona ponerse minifalda, tacones y maquillaje para convertirse en mujer por unas horas?

El disfraz predilecto para muchos varones es ir con atuendos femeninos.

Las mujeres o el típico personaje “con pluma” son utilizados con humor; con cierta misoginia y homofobia llevandolos al extremo de la ironía. Pocos quedan que no hayan probado lo que es rellenar un sujetador con calcetines, pintarse los labios de rojo pasión y depilarse las piernas para lucir mini- RC( a Ras da Cona). Tiene su morbo ir por la calle y aunque sea por la espalda, que algunos les confundan con una “hembraza”. El coqueteo tanto de chicas como de chicos con un rapaz que tenga pelo en pecho, barba y tacones, ¡es divertido!. El poder de seducción que tiene una fémina, es deseado por cualquier varón, de ahí esa cierta usurpación de “genero” por unas horas en que uno se transforma y no te miran raro por ello.

Transexualismo y transformismo

El transexual es un varón que se siente mujer mental y físicamente y se comporta y viste como tal, tenga o no una operación de cambio de sexo. El transformismo, es comportarse como el sexo contrario pero con una connotación artística para un espectáculo, como lo hacen los actores o cantantes o cualquier otro artista.

El Placer de lo prohibido

Muchos machos se sienten ofendidos si alguien pone en duda su hombría al margen de su disfraz. Franco en 1938, prohibió el Carnaval en España y disfrazarse de hembra por macho pero al parecer contrataba a escondidas chirigotas para su disfrute privado donde casi todos hacían gracias vestidos de féminas. Quizás esta represión de tantos años hizo que cada año se deseara más hacer de: Maruja, Prostituta, Lolita o Choni, para caricaturizar al género femenino, parodiando y exagerando sus atributos como una “drag Queen”.

¿Liberación de una fantasía?

Disfrazarse de mujer sería como una “terapia de liberación” debido a la tensión que puede sufrir “El tener que ser tan macho” hoy en día y demostrarlo constantemente. Empátizar y ponerse en la piel de una mujer, sirve para divertir a otros hombres de la pandilla. Para un varón es más transgresor ponerse falda que para la mujer llevar pantalones o corbata.

Una mujer ya tiene un papel muy marcado lleno de decisiones importantes, no le hace tanta gracia ir de tío disfrazada. Un hombretón vestido de “señorita” va hacer el papel contrario al suyo habitual y ser otra persona que actúa y piensa de forma diferente, contoneándose, guiñando el ojo y permitiéndose sacar su parte erótica mostrando más de su subconsciente de lo que creen.

Fetichismo TRANSVESTISTA

El travestismo carnavalesco, es utilizar la ropa del sexo contrario sin más connotaciones que la diversión. Pero otra cosa es cuando a algunos varones hetereos les excita sentirse admirados al verse como señoritas y sentirse adulado, un fetichismo así puede ser un trastorno sexual, donde aceptas tus genitales y cuerpo de ser varón pero te va eso de vestirte de mujer para jugar a una doble identidad, excitandote mas con esa prenda que con tu pareja y eso es una parafilia. Les pasa también a los homosexuales que se travisten, desean que un “buen macho” le desee y lo atraigan con seducción, vestirse así para estar en casa o asistir a fiestas privadas o para salir de copas es recurrido por ellos. Se disfruta de la ropa hasta llegar al éxtasis, utilizándola para masturbarse solo o en compañía imaginándose que es al mismo tiempo: hombre y mujer. Este tipo de trastornos les sucede mas a varones heterosexuales que gays, ponerse ropa interior femenina por debajo de su vestimenta habitual o maquillarse en la intimidad está relacionado con un cierto masoquismo sexual. Hay casados que regalan lencería a sus parejas para luego vestirse con esas prendas o zapatos de tacón, joyas o pañuelos. En la adolescencia se empieza a tener estos gustos donde se ve el placer hacia un objeto-fetiche que por sí solo es capaz de producir una super-excitación, suelen ser chicos; tímidos, reprimidos y reservados, con una fuerte y negativa influencia materna.
Castro Liz, Ana
Castro Liz, Ana


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES