Sobre o diñeiro en Suiza

El pasado domingo mis feligreses me dieron un periodico suizo-LE MATIN-que trajó un emigrante en Suiza y que estaba muy contento porque salía el nacimiento que se había montado en la Capilla de San Antonio del pueblo,denunciando la situación económica y social de nuestro pais, y en especial los desahucios y los recortes sanitarios,que llevan a muchas parejas jóvenes a no tener una vivienda o no poder cuidar a sus hijos.

El caso de Bárcenas con sus conocidos 22 millones de Euros me ha llevado a escribir. Es verdad,que siempre se llevó dinero a Suiza,pero núnca se habló de robos a nuestro pais y la gente pasando necesidad .Pero a raíz de este hecho-he decidido-por el panorama desolador que nos rodea y especial por los "ROBOS" de personajes que se llaman políticos y roban dinero y se lo llevan tan descaradamente pasando la gente necesidad e incluso suicidándose por no poder pagar su piso.

No hace mucho,jueces de nuestro pais pidieron comisiones rogatorias y nada y es por esto que yo como cura -- hago pública mi petición y exigencia a LA CONFERENCIA EPISCOPAL SUIZA-que denuncie ante el Gobierno Suizo esta situación escandalosa de robos de dinero público de España, que deja a multitud de familias en la miseria.

Ante esa situación que estamos viviendo en nuestro país recuerdo:

Que el mismo monseñor Romero contaba que él no hacía otra cosa que cumplir el mandato del Papa de «llamar a las injusticias por su nombre», aunque sabía muy bien que esto sólo podía hacerse a precio muy caro.

No me consideren un juez, ni un enemigo. Soy simplemente el pastor, el hermano, el amigo de este pueblo, un amigo que sabe de sus sufrimientos, de sus hambres, de sus angustias y, en nombre de esas voces, yo levanto mi voz para decir: no idolatren sus riquezas, no las salven de manera que dejen morir de hambre a los demás. Compartan, para que ustedes y todos sean felices.Evangelio Puro.

Yo igual que Monseñor Romero en su ultima entrevista ,repito sus palabras: «Aunque me maten, nadie puede callar ya la voz de la Justicia»

El mal de todo es la injusticia social --. Los que no quieren cambios son los grandes malhechores -y reclamo con un decidido énfasis en pro de la transformación de las estructuras socioeconómicas.

Tengo una fe grande de que a los hombres los guía la racionalidad y que queda siempre un resto de buena voluntad para encontrar una salida pacífica.

Mi posición es muy definida en contra de la injusticia social.