Funcionariado encubierto: partidos y sindicatos
Hernangómez de Mateo, José Luis - miércoles, 23 de enero de 2013
¿Por qué se nos obliga por ley a los ciudadanos-contribuyentes a pagar los salarios de políticos y sindicalistas y a sostener sus organizaciones? ¿por qué nuestros políticos, tan honestos unos, tan sinvergüenzas otros, están tan de acuerdo en no tocar la financiación de sus partidos y sindicatos? ¿por qué no se financian a base de cuotas de afiliados y de donaciones, legales, por supuesto, y de nuestras aportaciones voluntarias vía declaración de la renta?
Nuestros parlamentarios fueron tan demócratas y tan modernos, por ejemplo, que a los de la plebe nos dejaron elegir si marcar o no la casilla en nuestra declaración de la renta para que la Iglesia Católica recibiera o no nuestro dinero. Que apliquen el mismo cuento a los partidos y sindicatos.
¿Que nos gustan y nos afiliamos e incluso marcamos la casilla en la declaración? Pues tendrán muchos ingresos. ¿Qué no nos gustan? Pues, además de no votarles, no les pagaremos. Y el partido al que no le salgan las cuentas, que se retire a meditar para corregirse. O que desaparezca. Como una empresa que entre en pérdidas. Basta ya de mantener a los partidos y sindicatos vía presupuestos generales, con sus plantillas cuasipúblicas pero sin oposición.
Aquí se liberalizan las comunicaciones, los mercados
pero la política no. Aquí, por lo visto, la libre competencia en política produce escalofríos en los políticos.
Señores políticos de nuestra veintena de parlamentos y asambleas: pónganse de acuerdo y atrévanse. Por favor: regeneren la putrefacta vida política española. Abandonen la política low cost y practiquen la premium. Y si no quieren o no pueden, váyanse a su casa. La privada, claro. Mientras, no hablen de desafección y de abstenciones.

Hernangómez de Mateo, José Luis
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