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El Belén de los sin casa

martes, 04 de diciembre de 2012
Érase una vez una familia que , como todas, necesitaban de un techo. No tenían para comprar lo que es un derecho, lo que por natura nadie debía ya carecer. Solicitaron ayuda y los que podían socorrerlos lo hicieron pero, no por amor cristiano y si para acrecentar más y más sus beneficios, esos interesados bancarios le proporcionaron los medios crematísticos pero hipotecados a muy altos intereses.

Los pobres infelices, como en estas alturas del siglo XXI ni portales como aquel de Belén quedan para albergarse, tuvieron que claudicar. No sabían que, pocos años más tarde , por culpa del lobo más lobo, el de la crisis, les roería todo y quedarían sin recursos para afrontar la situación de salvar a su piso , ese refugio pequeño y modesto, el portal donde viven unos inocentes infelices que no necesitan de mula y vaca para calentar su nido de amor, precisan el calor de unos dineros para que los reyes de su hogar, sus hijos, vivan con normalidad.

Un día de otoño les comunican que como si su casa fuera hoja caduca vuela, se la quitan los mismos que se le dieron y van a tener que abandonar lo que nadie debe perder. Atribulados, agobiados y hundidos estaban los padres y no hallan solución. Estando con ese problema entran en tiempo de Adviento y , cual singular Estrella de Oriente, una de esas que son únicas, les da por seguirla para ver si les indica el lugar donde todos los desahuciados y desamparados tienen cobijo. Siguiéndola y dejando un rastro de lágrimas por su casa llegaron a un pueblo lucense llamado Begonte, uno de esos lugares que brilla con luz propia por ser ejemplo de belenes a nivel de comunidad galega y nacional.

Aquel año los organizadores, viendo el problema de los muchos sin hogar que había, pues como esta familia acudió ingente cantidad, decidieron sustituir a las figuras de terracota por las de verdad y montaron el Belén con los muchos que quedaron sin hogar. Lo malo , pensaban esos tres hombres, los organizadores, con el sacerdote a la cabeza, como solucionarían el problema cuando llegara finales de Enero.

Cómo cerrar las puertas y tener que decirles a esos indigentes forzados que habían de marchar. Pensaban y pensaban esperando que el gobierno los banqueros y demás encontraran solución,para despejar el umbral de la inecesidad, pero como en Terra Chá todo es especial y cualquier milagro puede suceder todos los visitantes que esa Navidad pasaron por ese Belén de Begonte vieron que en la verdadera negrura de la necesidad parece que se abrió una luz de esperanza de verdad y, antes de clausurar el belén de Begonte se acabaron con una nueva ley las penurias de los sin techo. Nadie sería ya, desde aquella Navidad, desposeído de su hogar , pues el fuego de una casa , el pan y la sal de la alegría a ninguna persona, creyente o no, se le ha de privar.

Esto fue posible porque la noticia de lo que ocurría en ese Belén Begontino fue propagada desde El Progreso , Galicia Dixital, La Voz de Galicia y muchos medios a toda la nación .

Sirvió de ayuda y lección para que nunca más en el mundo ocurriera otra cosa igual. Desde aquel tiempo el Belén de Begonte fue considerado tan relevante y milagroso que todos le llamaban el Belén que es Hogar de Todos y recibió subvenciones y ayudas, asi como visitas del orbe todo.

Tanta fue su popularidad que en puntos muy lejanos creían que sí era el sitio donde estaba y brillaba la estrella de la Navidad.
Pol, Pepe
Pol, Pepe


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