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La cañería de hierro de Sargadelos y la fuente del Obelisco

jueves, 29 de noviembre de 2012
Memoria de Lugo. Fuentes de la ciudad

La cañería de hierro de Sargadelos y la fuente del Obelisco

En 1830, cuando se iba a reparar la cañería y las fuentes de la ciudad, el Ayuntamiento quería que al tiempo que se hiciesen las obras sería muy conveniente “dar una fuente más a los barrios del Hospital y Santo Domingo pues con esta adición recibirán sus habitadores grande beneficio mediante a que unos y otros se hallan a alguna distancia de las dos plazas referidas”, es decir, la Mayor y la del Campo. Esta solicitud la avalaban los dos arquitectos Alejo Andrade y fray Juan Conde. Pero aún tendrían que pasar más de veinte años para que este deseo se hiciese realidad.

El 17 de enero de 1852, la comisión encargada por el Ayuntamiento para entrevistarse con el gobernador sobre el proyecto de las fuentes y reparación de la cañería, dio cuenta de su cometido y enterado el Ayuntamiento acordó formar el expediente y pedirle que prestase atención “a un pensamiento que tanto desea llevar a cabo el Ayuntamiento en obsequio del público que representa”.

En la sesión de 4 de agosto de 1852, vieron los planos, proyectos y presupuestos de la cañería y fuentes formados por el ingeniero de la Diputación don Marcelo Sánchez Movellán, una era la de los Leones, acordándose que los señores Maseda y Saavedra se los enseñasen al obispo y que se remitiesen al gobernador para su aprobación, que la dio el día 27.

Anunciaron la subasta en los boletines oficiales de las cuatro provincias de Galicia. El 1 de septiembre se aprobaron los pliegos de condiciones económicas para la subasta de los tubos de hierro colado, alcantarilla y arquetas de las fuentes. Aprobado el remate por el gobernador, el 9 de octubre acordaron que el contratista presentase la fianza.

Los adjudicatarios fueron La Riba y Compañía de la Fábrica de Sargadelos. En diciembre comunicó al Ayuntamiento que había terminado los tubos de hierro fundido destinados a la cañería de las fuentes para que la Corporación nombrase a una persona “que pase a dicha fábrica para presenciar la prueba de aquellos por medio de la prensa hidráulica”, nombrando al ingeniero de la provincia, don Marcelo Sánchez Movellán. La prueba de resistencia de los tubos y contratubos para la traída de las aguas se hizo en el mes de diciembre siendo el resultado satisfactorio contando con la aprobación del ingeniero.

Inauguración de la fuente

La fuente de Santo Domingo, del Obelisco o de la Alcachofa, se inauguró el 19 de noviembre de 1853, con la asistencia de las autoridades municipales, siendo alcalde don Siro Montenegro López, gobernador civil don Mario de la Escosura, también estaba presente el gobernador militar y varios miembros del Cabildo y otras corporaciones.

Se hizo después de salir del besa manos por el cumpleaños de la reina Isabel II y de su hija la infanta Isabel. Un inmenso gentío ocupaba la plaza de Santo Domingo, las ventanas y los balcones de las casas. El maestro de obras, José Sánchez, tenía preparados a unos operarios que a una señal abrieron paso a las aguas con dirección a la fuente.

En primer lugar salieron por los dos caños inferiores y después por los superiores, permaneciendo los cuatro echando agua por algún tiempo, quedando los espectadores complacidos del buen resultado de la obra. A partir de ese día quedó la fuente vertiendo por los dos caños bajos, dispuestos para surtir de aguas potables a aquella parte de la población.

Los restos de una fuente neoclásica

El 14 de diciembre el ayuntamiento estimó conveniente colocar dos grandes faroles en columnas de hierro a los lados de la fuente para iluminarla “y evitar escándalos que son consiguientes por la oscuridad que en la misma se nota, efecto de la distancia que hay a los faroles de aquella circunferencia”.

La fuente se desmontó en 1915 siendo alcalde don Ángel López Pérez. No sabemos que se hizo con las piezas que la componían, de la que sólo se conservan los cuatro mascarones en el Museo Provincial, y la alcachofa del remate, en la fuente que está en el claustro de la catedral.

Esta fuente tenía la imagen de San Pío V y fue desmontada del claustro del palacio por orden del obispo don Benito Murua López (1894-1909) para evitar las molestias de las personas que iban a buscar agua a ella. Las piezas estuvieron depositadas en la cochera del palacio hasta 1914, el obispo don Manuel Basulto Jiménez (1910-1919), decidió transformarla en garaje. Las piezas fueron trasladadas al claustro de la catedral, siendo montada en 1915.
De Abel Vilela, Adolfo
De Abel Vilela, Adolfo


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