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Quedarse para vestir santos

martes, 27 de noviembre de 2012
Expresiones machistas crueles hacen que muchas féminas se piensen que no son apetecibles

En la época de la guerra civil Española, las mozas solteras iban a la iglesia; a limpiarla o arreglar las imágenes de las vírgenes para las romerías porque tenía más tiempo libre que una casada. La importancia social de tener familia y pasar por el altar “te lo tatúan” en la herencia cultural y también sobre el buen papel que debe cumplir una buena hembra.

Las Madres se preocupan por acordar un buen casamiento para sus hijas ya que es un bien común para toda la familia pero continuar comportándose como las mujeres que hoy en día tienen más de 50 años, ¡es muy difícil!.

Por fortuna actualmente no se puede pretender llevar estilos familiares como los de hace décadas, la fémina, por fin tiene un status de superioridad en todo e independencia que no espera que un hombre, ni que le dé la razón o no pueda hablar. Aun existen personas que piensan que si una rapaza entre 30 o 40 años está sin pareja o descendencia, “es una mujer sin encantos y se quedará para vestir santos” o que tener hijos más allá de los 40 es una locura (podrían ser casi nietos), o si no tienes pareja es porque nadie te aguanta, ¡son creencias muy caducadas!.

¿Se te pasa el arroz?

La juventud actual apenas produce espermatozoides porque en realidad, no quieren tener hijos. Algunas parejas que investigan sobre su fertilidad descubren que están sanos pero desconocen la causa de porque no les vienen los niños. Dormir a pierna suelta, ir de viaje en septiembre y no pensar en la vuelta al cole, disfrutar de la independencia y centrarse en la vida profesional, todo ello encierra un cierto grado de egoísmo, que hace que no quieras ni plantearte recibir a la cigüeña, bloqueando en tu subconsciente ser madre o padre. Por el contrario, hay mujeres que desean ser mamás pero ya ejercen de “madre” o de su pareja o padres, cubriendo ese espacio emocional con una función que no les corresponde impidiendo así que entre un nuevo ser en su vida. Con preguntas como: ¿te vas a perder ser madre?, siempre hay personas que pueden condicionar tu felicidad por lo que ellos desean para ti, y seguramente tu no. Pueden gustarte los niños y dedicar tu vida laboral a ellos o ser generosa con los de tus amigos, o con sobrinos o ahijados, con tu tiempo, cariño y dedicación, pero sabiendo que regresas a tu casa sin ninguna carga.

Muchas mujeres tienen hijos cada vez con más edad, lo idóneo es que vengan cuando se quiera porque son para toda la vida y luego no se pueden devolver, o si no siempre se pueden adoptar y de diferentes países, como el Brad Prit y la Jolie.

Herencias que pasan factura

Calcular cuando tener un hijo, teniendo claro el número y los años que deben llevarse entre ellos a veces se desea desde la infancia. Ser leal a las frases que te dicen sobre tu futura situación sentimental durante toda tu vida pueden organizarte inconscientemente: “tienes que casarte antes de los 30”, “debes darme dos nietos”, pero ¿qué sucede si no puedes cumplirlo?, te frustrarás y pensarás que le fallas a alguien, cuando en realidad no te tienes en cuenta a ti mismo. O si lo que escuchas es: “¡nadie te va aguantar!”, hasta mil veces, harás lo posible por no comprometerte porque en realidad creerás que no vales la pena, para nadie. Eso es "violencia lingüística de baja intensidad", esas “perlitas” que jamás de los jamases se les deberían decir a nadie y mucho menos desde la infancia.

Se busca varón ¿o no?

Las hembras con autoestima y cultura general alta, tienen el lema de: “Mejor sola que mal acompañada” sin tener pánico a la soledad. Si una quiere “embarazarse” puede hacerlo en una clínica de fertilización y además, escoger el mejor ADN. Aceptar multitud de variables solo sirve para las valientes. Con los años se descubre que “el arroz solo se pasa en la pota” y a los santos “los arregla” el cura de la parroquia. Hoy por hoy una mujer soltera de cualquier edad puede permitirse cambiar su vida a cada paso gracias a sus propias decisiones sin tener que dar cuentas a nadie, sin sentirse incompleta por no tener alguien a su lado.
Castro Liz, Ana
Castro Liz, Ana


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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