Sálvalos de la Merkel, Presidente

Solo por una vez -¡Es que no resisto la tentación!- le diré al gran Líder salido de las urnas de esta democracia lo que debiera hacer. Le diré a Feijóo SuperPresidente que ahora sí; ahora tiene esa gran oportunidad que buscaba hace década y pico, cuando estaba aún en el umbral de la puerta de la política gallega y se postulaba como el gran servidor público que es.

Le hemos firmado un cheque en blanco a él, aquel chico venido de Madrid con el que nadie contaba, para que nos salve de la Merkel. Sí, de la Merkel que ofrece a los chicos listos españoles el trabajo y bienestar que aquí no les dan. Verás.

Por Cataluña la película va de independencia y por Euskadi de nacionalismos. Y en Madrid, ya se sabe: va de polis conteniendo manifestaciones a porrazos.

Aquí no, Presidente. Aquí aún hay gente que dice aquello de “a vaquiña polo que vale” y, cuando se manifiesta, lo hace con “tranquilidade”. Porque eso es lo que nos preocupa a los gallegos…

— ¿Lo qué?

— Pues el precio que nos pagan por la leche, que nos dejen pescar tranquilos, que los astilleros tengan carga de trabajo, que Citroen no pare, que Inditex monte aquí sus fábricas y no en China, que se fomente la rehabilitación de las aldeas abandonadas para que tengan trabajo los arquitectos y los albañiles; también nos preocupa la buena enseñanza y la sanidad públicas; y sobre todo…

— ¿Sobre todo qué?

— Que no emigre nadie más y menos esos jóvenes sobradamente preparados en nuestros siete campus universitarios que terminan en Alemania, en Estados Unidos e incluso en Australia, que yo ya no viajo, pero veo de vez en cuando “Españoles en el Mundo”.

— ¿Entonces?

— Entonces, si Rajoy manda que se cree un “banco malo” por lo de los “cuartiños”, tú, presidente, amigo, créate el “Banco de los Emprendedores”, en el que se preste I+D+I además de dinero a bajo interés para esa minucia inversionista que piden nuestros jóvenes… ¡Sálvalos de la Merkel!

Te cuento. Ayer me facilitaron unos datos la mar de interesantes:

Funcionan en el exterior del país y lo hacen maravillosamente bien, veintidós mil empresas de gallegos o con capital gallego. En los Estados Unidos hay treinta mil jóvenes en la elite laboral, están incluso en Wall Street. Y siguen viviendo fuera de Galicia casi un millón de personas aquí nacidas, de las que muchas de ellas, desgraciadamente, son recién llegadas a los países emergentes.

Eso quiere decir que somos tan listos y trabajadores como cualquier alemán, americano o australiano… ¡Solo precisamos un plan! Un Plan de Desarrollo que acabe con esta frágil economía equivocada.

Y digo equivocada porque este país –que no quiere ser independiente y considera caducado el discurso nacionalista, en gallego o en español- tiene recursos propios capaces para conseguir la riqueza arrebatada con imposiciones nunca comprensibles, que nos llegaron desde esa Europa en la que casualmente manda la señora Merkel.

Así que, querido presidente de la absoluta mayoría. Lo urgente aquí es crear ese Banco de Emprendedores al que puedan acudir los chicos listos, antes de hacer las maletas y subirse a un avión, en cualquiera de nuestros tres aeropuertos…

Permitidme que termine diciéndole a mi querido amigo Frank, alemán de Alemania, algo que no es nada personal, pero…

— No somos un país de camareros aunque nuestra comida es la mejor del mundo, nuestros vinos ideales para un buen yantar y hasta la cerveza de A Coruña es mejor que la vuestra. Además, ya sabes que siempre eres bienvenido en esta Galicia Única…

www.galiciaunica.com