El paseo dominical "das mozas"
Castro Liz, Ana - martes, 09 de octubre de 2012
De las barracas y traje regional en las fiestas se pasó a ir de botellón y shopping en el ferial.
La juventud actual se diferencia mucho de la de sus padres, hoy en día muchos se comportan según una ideología poco depurada, impulsivos y caracterizados por llevar una estética un tanto pintoresca dejando ningún espacio para ser autentico, ¡parece que van todos vestidos iguales!, y nadie mueve un pelo sino lo decide el líder de la manada. Existen nuevas tribus con un denominador común; falta de inquietudes, valores y crecimiento interior, viven para la apariencia de lo externo y consumismo, algunas de ellas son:
Las Chonis
Conocidas como pijas de mercadillo o poligoneras, son chicas entre los 16 y los 36 años, con pocos recursos y muy poco gusto estético, mascando chicle a todo trapo, y teniendo como lectura favorita la prensa rosa. Muchas quieren ser conocidas a nivel nacional para llenar espacios televisivos, estilo Mujeres, Hombres y viceversa o realitis shows, buscando el éxito fácil que lo convierten en oficio y haciendo ver que aunque no se tenga estudios o trabajo, se puede llegar lejos. Impulsivas y descaradas así demuestran su carácter, adictas a la música discotequera y hablar con sus amigas a gritos para que todo el mundo se entere de lo que dicen. Uñas largas de porcelana, maquilladas a más no poder y si pueden, cirugía ¡todas quieren unas tetas enormes!. Los accesorios y complementos son siempre ostentosos imitando a marcas de lujo. Llevan ropa muy ceñida, luciendo ombligo con piercing y tatuaje alado en la zona donde la espalda pierde su digno nombre. Sus oficios suelen ser: peluqueras o dependientas o trabajar en supermercados. Cuando van de pijas se ponen taconazos, pendientes o pulseras muy grandes, y las cejas depiladas muy finas.
Las PutoteH
Adictas a las redes sociales para buscar cyber ligues, cuelgan fotos con varias poses; en el baño con escotazos enfocándose desde arriba para que se vea hasta el ombligo, sacando morros y con gafas de sol super-grandes o de cuerpo entero en su habitación, en ropa interior enfocando al espejo. Habitan en las diskos y bares y pasean a todas horas por las calles. Visten muy provocativa, siempre con minifaldas. Sus Nick para el Messenger son extraños, acompañados de símbolos y adornos con frases románticas, abusando mucho de la letra h que la usan para todo. Con sus amigas son súper-mega-cariñosas, se hacen millones de fotos para enseñar a todo el mundo para que vean lo bien que se lo pasan.
Las Jessys
Llevan mucho oro encima, medallas con vírgenes o santos. Piercings en el ombligo, lengua y nariz, labio superior o inferior, si no tiene como mínimo tres, no será una buena jessy. Las más maduritas solo llevan el de la nariz y el del ombligo. Los sábados son para ir de fiestuqui, bailar pachanga y beber. El flamenquito es la gran pasión de esta especie, cantándolo a grito pelao. Las coleguis son a muerte, demostrándoles a cada minuto lo que se las quiere, entre ellas están; la Jenny, la Vane, la Vero, la Bea, la Rocío, todas empiezan por la pero ninguna es, ni puede ser, más guapa que ella. A los churris-machos, les ponen los cuernos, o se los quitan a otra siendo capaces de liarse a puñetazos por un tío. Van de liberales y dicen donde se tiran a cada uno y lo que les hacen. Su macho es más guapo y mejor que el de cualquiera para sentirse más importantes que nadie. La ropa interior que lucen es de estampados de cebra, leopardo o colores chillones. Se marcan mucho la raya del ojo con color negro, el pelo lo llevan muy largo negro azulado o rubio oxigenado y tienen algún tatuaje debajo del ombligo, tobillo, nuca, trasero, con formas de rosas, corazones, estrellas o letras chinas. Su coche está tuneado o sino su churri lo tiene así. Algunas son madres muy jóvenes, empaquetando sus hijos a sus padres. Se hipotecan hasta el cuello comprando piso y tecnología punta a lo loco, nunca llegan a fin de mes. Sus aficiones son: ver rallyes de coches y comprar en los centros comerciales cuando están abarrotados de gente y cuanto más mejor.

Castro Liz, Ana