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Violencia extrema

domingo, 30 de septiembre de 2012
El Gobierno y los antisistema que convocaron la Toma del Parlamento el pasado martes, el llamado 25S, se acusan de "violencia extrema" por los enfrentamientos entre policía y manifestantes que terminaron con 64 heridos, 27 de ellos policías, de los que uno ha perdido un ojo y otro sufre varias fracturas.

"Violencia extrema" es una guerra o el terrorismo, y el 25S fue más bien una violenta pelea callejera a menos de 200 metros del Congreso.

Los policías frenaron a palos a unos 5.000-6.000 manifestantes en cuya primera fila había decenas de agresores, entre ellos un homicida culposo en busca y captura, luego detenido, que pretendían derribar la protección del edificio para tomarlo y erigirse en constituyentes tras derogar la actual Constitución.

Para conseguir permiso y acercarse al edificio custodiado por dos leones, los extraños convocantes de "Toma del Parlamento", una propuesta ilegal, la convirtieron en "Rodea el Parlamento" que habrían asaltado si la policía hubiera sido más suave.

Allí estaban ultraizquierdistas, ultraderechistas, okupas, perroflautas, hasta ancianos crueles y agresivos de apariencia apacible, como la de Franco jugando con sus nietecillos.

De haber logrado el asalto los más enardecidos le habrían prendido fuego al edificio: toda masa enfervorecida, sin líderes ni ideología, siempre incendia la Bastilla, lo más sagrado "del enemigo".

Se empieza a recordar la República de Weimar que se descomponía económica y socialmente, como le pasa ahora a España, antes de la llegada del Salvador Hitler, o a la República de 1934, con la sangrienta revolución minera y la declaración independentista catalana de Companys.

El Gobierno, el PSOE y UPyD deberían advertir que quienes quieren apoderarse del Parlamento para destituir a los electos por 25 millones de ciudadanos, carecen de legitimidad, y de un programa político inteligible, aunque eso sí, tienen a su musa, una joven "tetitas free" a la que muchos elegirían presidente del Gobierno por los valores que mostraba.

Pero esta gente odia las elecciones. Quiere "democracia directa": fascismo y bolchevismo, unos miles frente a un país democrático tratando de apoderarse del Parlamento como un día hizo Tejero.


www.cronicasbarbaras.es
Molares do Val, Manuel
Molares do Val, Manuel


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