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Errare humanum est

martes, 26 de junio de 2012
“Errar es propio del hombre” como los romanos que con lujuria y placer lo dominaban todo

Si crees que como lucense desciendes de los romanos ten en cuenta que esa sociedad estaba regida por normas de conducta y ética demasiado promiscuas y liberales, donde las relaciones sexuales fuera de la pareja eran consideradas totalmente normales, orgías y banquetes eran el escenario habitual de una sexualidad sin tapujos. En Roma un ciudadano podía tener sexo con su esposa en su casa, con un hombre en los baños, con una prostituta en un puticlub, o con un esclavo en las mazmorras, y sólo ser criticado si no era capaz de mantener cada cosa en su lugar, toda la moral sobre la sexualidad giraba alrededor del “control” y dominio. ¿Sobrevivirás al ARDE LUCUS con todo lo que conlleva?

Conubium=Matrimonio

Los extranjeros, esclavos, actores y los que se dedicaban a la prostitución no podían contraer “el conubium” solo en casos excepcionales. La mujer pasaba del poder paterno al del esposo, y si se quedaba viuda al de su hijo mayor. La promiscuidad fuera del matrimonio era lo normal, con la entrada del cristianismo más tarde en siglos todo eso cambió. Creían que el amor disminuía la capacidad de pensamiento racional, era visto como algo ridículo, darse un beso en público aunque fuera con el esposo era algo indecente. Y padecían patologías propias “del amor o desamor”, depresión, ansiedad y enfermedades “venéreas” de la diosa Venus.

Modus Vivendi la noche de bodas

Si te casas estos días por el rito romano, y quieres llevar a raja tabla sus costumbres copia lo que ellos hacían; si el marido no era capaz de consumar el acto sexual porque bebió demasiado o está exhausto de tanta lucha tenía que rematar la faena con un falo de madera del dios Priapo (Dios de la Fecundidad), ¡vete comprándolo por los tenderetes de la calle, por si acaso!. Para que al novio no le falte energía, la suegra debe colocarle una jarra de miel junto al lecho. Al atravesar el umbral de la puerta, había un rito de llevar a la hembra en brazos para que no la rapten, ¡medita esto bien y luego no te quejes, en caso de que la quieras perder de vista y no lo consigas!. A la mañana siguiente la mujer debe bañarse en leche de burra para conservar la belleza de su piel, en su defecto servirá la de vaca autóctona en treta-brick.

Homosexualidad

Es conocido por la historia de las relaciones mantenidas por muchos emperadores, perversiones, pederastias y orgias entre hombres. Los ciudadanos que poseían más poder y un mayor número de esclavos podían reservar una parte de ellos para su placer, tuvieran la edad que tuvieran. Sabiendo esto ¿estás seguro que te identificas con sus actividades y te vistes como ellos?

Prostitutas y prostitutos

Las prostitutas se educaban desde niñas para dar conversación y placer, llevaban vestidos sugerentes, se teñían el pelo o llevaban pelucas amarillas, se inscribían en un registro, ¡solo les faltaba pagar autónomos!. Se encontraban en circos, anfiteatros o tabernas, baños o posadas. Algunos prostíbulos eran frecuentados por mujeres de clase alta, las “statio cunnulingiorum”, eran los lugares donde los prostitutos practicaban sexo oral a sus clientas. Y luego muchas mujeres de familias nobles ejercían la prostitución por puro placer. En la ciudad de Vesubio había más prostíbulos que panaderías, ¡se ve que el sexo alimentaba más que el pan!.

Gladiadores con “sex apel”

Muchas féminas pagaban mucha pasta para pasar la noche con un gladiador, atleta musculoso, conductores de carros o aurigas que eran estrellas famosísimas. Sus cuerpos cuidados y victorias les daban un “sex apel” que les convertían en auténticos iconos sexuales, acudir a un espectáculo era algo excitante. Hasta el término “fornicación” proviene de “fornix” o arco, bajo los cuales se solían encontrar putos y putas a la salida del anfiteatro o circo y aprovechaban lo “acalorados” que salían los espectadores para hacer su agosto y cobrar por sus servicios.
Castro Liz, Ana
Castro Liz, Ana


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