
Mi estimada señora ministra. Debo estar haciéndome viejo porque ya le digo a mi familia y a mis amigos, y también a mis compañeros del curro aquello de
- Bueno, el caso es tener salud
Y después de leerme, en el último mes, las cartas al director de los periódicos gallegos, madrileños, vascos y catalanes, no me canso de repetir a la gente que pasa a mi lado, en mi aldea, en las tardes de paseos anti colesterol, lo mismo
- ¿Qué tal? Boas tardes. ¿Cómo andamos?
- Ímola virando
- Boeno, pois o caso e ter saúde
La salud, señora ministra, es algo que cuando pasas de los sesenta y cinco te quema el cerebro a diario, porque una vez te duele la cabeza y otra el culo; a veces respiras peor y otras toses como si te fumaras las tres cajetillas de BN de los años setenta.
Por eso le escribes cartas al director de tu periódico en vez de a la novia, como cuando eras joven. Y le cuentas lo que te pasa como si el pobre colega supiera lo que son las transaminasas.
¿Sabe por qué ocurre esto, ministra? Porque, hace un par de años, gallegos, vascos y catalanes teníamos la mejor sanidad pública del mundo y ahora
- Yo no me quejo. A mí en el Clínico de Santiago me tratan de maravilla, pero
Ahora la gente no se fía. ¿Sabe? Creen que lo que están pagando con creces no van a poder pagarlo ya, porque dicen ustedes, los del gobierno, no sé que del copago; y a mí eso me suena de esta manera
- No, usted siga pagando a la Seguridad Social pero tómese un seguro médico, aparte, porque la sanidad privada funciona mejor
Le cuento, ministra
La semana pasada me tocó acompañar a un familiar a una consulta privada en este Santiago donde todos los médicos que abren consulta son catedráticos de la USC. En los veinte minutos que estuvo el paciente y de todo lo que el médico le dijo, yo solo escuché
- Son doscientos euros, como siempre
El docto doctor tenía cola en la sala de espera y entre los que allí estaban, todos con dolor de cabeza, no vi a ningún inspector de Hacienda. Al docto doctor sí le he visto alguna vez en el Clínico, donde cobrará un buen sueldo y, comprobado, es profesor de la USC
Creo que está pensando en comprarse una isla que está a la venta en la Ría de Muros que es una pasada, me dijo la enfermera, de forma confidencial, porque también está hasta los ovarios de que le paguen seiscientos euros y tenga que atender las consultas de diez galenos a la vez.
Esto, señora ministra, es la sanidad privada, la que a mí y al resto de mis colegas, no nos interesa nada porque no la alcanzamos, que esta es la sanidad de los ricos, de los muy ricos diría yo
Lo único que nos interesa es conservar la estupenda sanidad pública que tenemos y pagamos de sobra, no solo con las cuotas a la seguridad social, sino con los IRPFS, los IVAS, los CATASTROS, las GASOLINAS, las CESTAS DE LA COMPRA, con el RECIBO DE LA LUZ, las COMISIONES A LOS BANCOS, el IMPUESTO DELUJO de los coches
¿Sigo?
- Ustedes, el gobierno, NOS COBRAN POR MEAR
¿Y qué nos dan a cambio?
Pues, entre algunas otras cosas menos básicas, CARRETERAS PARA MULTARNOS, ENSEÑANZA CON NIVELES BAJÍSIMOS y eso sí, UNA SANIDAD PÚBLICA y UNOS SERVICIOS SOCIALES que merecen el aprobado
Cada vez que usted sale en el Telediario, señora ministra, los que ya pasamos de los sesenta y cinco y nuestro futuro es hoy
nos tememos que nos dejen sin lo único bueno que nos dan: el médico a mano que alivie nuestros dolores.
Así que, señora ministra, si es usted tan amable dígale a mi amigo el presidente que nos conformamos con bien poco
El caso es tener salud
De lo demás, hace tiempo que hemos prescindido. Y a cambio de este pequeño favor le diré a mi gente que si reducimos el número de políticos a la mitad lo que supondría el pago de esa gran deuda que debemos- aumentaríamos las listas del paro