Este lío de IPF

No creas, amigo, que no me duele en mi alma este lío de YPF. Te concreto, esa decisión de expropiar el cincuenta y uno por ciento de las acciones que la empresa española Repsol tiene o tenía, en la petrolera argentina. Claro, mi amigo, me duele como gallego y por lo tanto como español. Pero te diré el porqué.

Yo tengo tantos amigos argentinos acá como tú tienes amigos gallegos allá. Tengo amigos parrilleros, cantores, psicólogos, dentistas, futbolistas, diplomáticos, empresarios, periodistas…

Seguro que si tú miras alrededor, contarás ahí los mismos que yo y de las más variadas profesiones y oficios… ¡Incluso de diferentes clases sociales! ¡Tienes amigos gallegos hasta millonarios! ¿Verdad? Y muchos, muchos emprendedores que han creado riqueza en tu país… ¿No es cierto?

Voy más allá: los nietos de algunos de mis amigos gallegos ¿sabes? ¡Te son argentinos!

Y hay por acá mucho gallego joven que habla lunfardo para vacilar… aunque tenga eso que llamáis doble nacionalidad.

O sea que, amigo, quiera o no quiera la presidenta y el editor de La Nación, a cuyos dictados escribes, somos parientes cercanos, muy cercanos. Casi hermanos, diría yo, aunque se publiquen libros con chistes fáciles que quizá hicieron rico a ese pobre diablo que los escribió…

¡Los hermanos también se vacilan mutuamente!

Yo veo aquí, en este lío, el mismo interés que vi en los ojos de un paisano de una aldea de Nogueira de Ramuín cuando, tras un viaje a Buenos Aires, le llevé una carta de su hermano…

—- Eu non teño ningún irmau na Arxentina…

Me dio la respuesta mirando para su “casiña”, rodeada por una “leiriña” en la que había sembradas cuatro patatas. ¡Ya le vale!

—- Mira, teu irmau eche moi rico… ¿Sabes?

—- ¿A sí….? ¡Pois non o sabía…!

Al verano siguiente, mira por donde, se vino al pueblo el hermano argentino y le reclamó la mitad del “capital”, una miseria, sobre todo para el dueño de cuatro hoteles, tres confiterías de las buenas y un garito donde se baila tango y algo más.

¡Aquella sí que fue una expropiación!

Posiblemente en este tema de YPF la petrolera española haya tenido sus más y sus menos, que las empresas solo buscan beneficios… Pero, amigo, seguro que estás de acuerdo en que eso de “comprar” acciones al precio que le da la gana a la presidenta, también es un expolio en toda regla.

Yo no tengo acciones ni en Repsol ni en ninguna empresa, pero sí he invertido todo lo que poseo en conservar a mis amigos argentinos que son una gente espléndida, con la que me río, canto, como y me divierto.

Por eso te diré, amigo, que te quedes con YPF y allá tú si haces bien o mal; pero a los pobres mortales como yo y mis amigos argentinos de acá dejadnos vivir en paz, sin atropellos ni sobresaltos que enturbien nuestras relaciones de hermanos…

Te lo digo a ti, amigo periodista de La Nación, que pones siempre a caldo a España por el mero hecho de estar sumida en una crisis que también te toca; y ahora desprecias a los gallegos, contando falsas noticias para relacionarlos con esta mierda de YPF…

Aquí, argentino, serás siempre bienvenido. Cuando vengas, si es que vienes, verás como Galicia también rinde homenaje a Gardel y te podrás comer tan buenos asaditos como en Puerto Madero. E incluso podrás conocer los lugares hermosos en donde están los orígenes de dos de vuestros mejores presidentes, Alfonsín y De la Rúa.

¿Cómo vamos los gallegos a tomar represalias contra los argentinos que aquí residen, por este asunto en el que, por otra parte, todos tienen razón?

¿Cómo se te ocurre a ti pensar que todos somos como el “nacionalizado” que expropia a su hermano?

Andá… Decile a tu editor que no te cuente milongas y disfruta de la vida escribiendo cosas sanas…



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