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Victoriano Taibo García, ortegano de adopción

lunes, 26 de marzo de 2012
Victoriano Taibo Garca, ortegano de adopcin Orteganos de adopción: Victoriano Taibo García

Victoriano Taibo García nació en Santiago el 2 de abril de 1885. Era el quinto hijo que llegaba a una familia de trabajadores. A pesar de las dificultades económicas familiares, el joven Victoriano realizó todos sus estudios en su ciudad natal, incluida la formación de maestro, que terminó en 1909. Tenía entonces 23 años, y ya había empezado a dar sus primeros pasos en el mundo de la literatura como poeta.

Pero no será hasta 1913 cuando dé a conocer sus primeros versos. Los compondrá para Vida Gallega y Céltiga, y poco más tarde para dos periódicos emblemáticos, O Tío Marcos da Portela, cuya cabecera le sirvió a las Irmandades da Fala para convertirlo en su órgano de comunicación, y A Nosa Terra, que lo relevará en esa tarea.

Taibo figuró desde sus principios en la nómina de los fundadores de las Irmandades, en 1916. En 1917 formará parte de la dirección que se había constituido en Santiago, y un año después será uno de los firmantes del famoso Manifesto da Asemblea Nacionalista, en el que quedaron expresados los principios del ideario del nacionalismo gallego.

Por esos años, vió publicada parte de su obra al otro lado del Atlántico, en las revistas ilustradas de La Habana Labor Gallega e Ilustración Gallega, además de en Gaceta de Galicia y Estudios Gallegos.

El día 3 de enero de 1918, se presentó en Santiago de Mera para hacerse cargo de la escuela creada por la sociedad filantrópica Puente de Mera, constituida por los emigrantes merenses en Cuba, y que, por entonces, tenía una delegación destacada en tierras orteganas que gestionaba la contratación del personal educativo y las labores de mantenimiento del centro.

Su llegada a la comarca ortegana venía precedida no sólo de un acrecentado galleguismo, sino también de la consecución de varios galardones, como el que le había concedido la Asociación de Maestros Católicos de Galicia en agosto de 1916 por su trabajo Cantares gallegos.

El nuevo maestro coincidió en Ortigueira con algunos viejos conocidos. Uno de ellos era Leandro Pita Romero, con quien ya había trabado amistad en Santiago y con el que compartía afiliación en la Irmandade da Fala compostelana. Ambos habían participado el 18 de mayo de 1917 en la conmemoración del primer año de vida de su entidad en el colegio San Clemente. Ese día habían celebrado un mitin que estuvo presidido por Salvador Cabeza de León, y en el que, además de ellos, habían hablado otros destacados oradores, como eran sus compañeros y líderes del galleguismo de la época: Alfonso Rodríguez Castelao, Lugrís Freire y Luis Peña Novo.

Durante su estancia en Mera, Victoriano asistió puntualmente a sus clases, y aún le quedó tiempo para extender su pedagogía a otros ámbitos culturales y políticos para los que encontró grandes colaboradores. Es así como, con su apoyo, puso en marcha la Irmandade Nacionalista de Mera d´Abaixo, una entidad que alcanzaría uno de sus puntos más álgidos en 1919 cuando le dió su respaldo al pueblo de Cariño en su petición de un ayuntamiento propio. Una opción que pronto derivaría en la demanda de otro ayuntamiento para Mera.

Otro episodio importante para Victoriano que tuvo lugar en Mera, esta vez dentro del ámbito personal, fue el poder conocer a Carmen Rebollar Martínez, hermana de su amigo e extraordinario colaborador Alfredo Rebollar, y que se convertiría en su esposa. La residencia de Victoriano Taibo en la localidad ortegana concluirá en octubre de 1921, dejando tras de sí una amplia labor social y representativa que va a tener una cierta continuidad en los años posteriores gracias a la tenacidad de los que habían compartido con él sus ideas.

En mayo de 1925, Taibo volvió para impartir clases durante un año. Su regreso supondrá la reactivación de algunas cosas, aunque la dictadura de Primo de Rivera no dejará lugar para las manifestaciones sociales de otro tiempo. Transcurrido el curso, se tiene que marchar de nuevo. Esta vez se va a Oza dos Ríos, donde deberá poner escuela a sus chicos y chicas, a la vez que continuar preparando las oposiciones de maestro. 1926 va a ser un gran año para él, pues, además de conseguir aprobar los exámenes de maestro, ingresó, en marzo, en el Seminario de Estudos Galegos, en la misma sesión que sus amigos Ramón Cabanillas, Antonio Noriega Varela y Gonzalo López Abente.

Los cusrsos siguientes, ya como maestro nacional, será destinado a Sigrás, en Cambre (1926-1927) y a Cerdido (1927). Su siguiente plaza estará en Fiestras de Xinzo de Limia (1927-1930), un lugar que lo mantendrá apartado muchos meses de Mera y, en consecuencia, también de Carmen, lo que hará que ambos decidan contraer matrimonio en el mes de septiembre de 1929 en la iglesia parroquial y, por fin, disfrutar de una vida juntos. Un año más tarde nacerá su primer hijo, al que llamarán Francisco, y en los dos años posteriores se les unirán Vicente (1930) y Gloria (1931).

Una de sus últimas plazas de maestro la obtendrá en Morgadáns, en el ayuntamiento de Gondomar, en 1930. En esta localidad fijará su residencia familiar durante dos décadas, aunque su docencia será interrumpida allí cuando es expedientado por galleguista, una práctica considerada por la dictadura franquista como de rebeldía, y que le castiga, en 1938, a su destierro de maestro a Villalar de los Comuneros (Valladolid). En 1942 le retiraron la sanción y le permitieron regresar a su antiguo puesto en Morgadáns. Desde entonces, además de sus escritos y poesías se implicará en otros aspectos de la lengua y la cultura gallegas que le llevarán a abrir una investigación sobre el léxico de la zona del Val Miñor, para la que recoge muchas de las palabras utilizadas en esta comarca.

También en 1930 lo nombraron miembro del importante Instituto de Estudios Históricos do Minho. Y en 1948, Eladio Rodríguez González, Ramón Otero Pedraio, Francisco Vales Villamarín, Ángel del Castillo López y Florentino López Cuevillas presentaron su candidatura el 13 de enero a la Real Academia Galega que lo elegirá por sus méritos como escritor y por su activa dedicación a todo lo que tenía que ver con Galicia desde su vertiente literaria. El 15 de octubre leyó su discurso de ingreso que estuvo centrado en Rosalía de Castro, a la que calificaba como la precursora da fala.

La conferencia fue publicada por la Academia a título póstumo en 1972.

En 1950 se trasladó a Vigo con su esposa para ejercer durante sus últimos años de maestro en la Escuela Nacional de Lavadores. En la ciudad olívica conseguirá jubilarse en 1955, pero unos meses
después, concretamente el 10 de enero de 1956, fallecerá su mujer. Un hecho que provocó en él un importante hundimiento moral, que va a repercutir en sus colaboraciones escritas, cada vez más limitadas a unos pocos periódicos como Mundo Gallego, Airiños o Eufonía, todos ellos de Buenos Aires.

A mediados de los sesenta, su salud se aprecia muy escasa y sus trabajos también. Sólo edita algunos artículos en Vida Gallega, La Noche o Lar. Mantiene, eso sí, su correspondencia con sus amigos Aquilino Iglesias Alvariño, Xosé Neira Vilas, Leandro Carré, Francisco Vales Villamarín, Sebastián Martínez Risco, Salustiano Portela Pazo y, sobre todo, con Fermín Bouza Brey. Victoriano Taibo falleció el 13 de marzo de 1966 de un cáncer pulmonar.

Durante su vida editó dos poemarios: Amanecer (1922), que le publicó el también poeta perteneciente a la generación de Ramón Cabanillas, López Abente, y Da vella roseira (1925). Su tercera obra será de carácter narrativo, Da agra aberta, contos e lendas (1956). Utilizó parte de su prólogo para exponer de forma breve su estudio lingüístico sobre los términos empleados en la comarca de Morgadáns, y que ya había ido publicando en diversos medios de comunicación.

A pesar de no haber publicado más que estos tres libros, Taibo puede ser considerado un gran comunicador, pues, a los periódicos y revistas antes mencionados, hay que añadir la revista bonaerense Mundo, desde la que se le prestaba una atención especial a la literatura y la pintura gallegas de aquellos años, y O Gaiteiro de Lugo, Sonata Gallega, Cartel, Cuadernos de Estudios Gallegos y La Noche.

A lo largo de sus últimos años compuso diversas poesías con la intención de reunirlas en dos nuevos poemarios, uno de los cuales llevaría el título de Abicedo, poemas de amor e de suidade, pero nunca llegaron a publicarse. Con todo, sus esfuerzos poéticos ya habían sido, en cierta medida, recompensados con una mención honorífica por el Círculo Industrial de Santiago en los Juegos Florales de 1944-1945 a los que presentó su poema Só na miña terra.

La poesía de Taibo siguió las tendencias marcadas por los primeros libros del poeta cambadés Ramón Cabanillas: el costumbrismo, el lirismo intimista, el saudosismo y la poesía de lucha, por lo que algunos le consideran un continuador directo de los Precursores y un integrante más de la generación formada, entre otros, por Antonio Noriega Varela y López Abente. A pesar de todo ello, es un poeta todavía poco conocido hoy en día por el gran público, pero que ha dejado una importante huella en otros poetas.

Los que le conocieron, y sobre todo sus alumnos, siempre le consideraron un gran maestro, consagrado a su tarea de enseñar y preocupado por despertar el interés de los demás por el conocimiento. Hoy su recuerdo perdura, además de a través de sus obras y artículos, en un premio de poesía que lleva su nombre, en muchos artículos que se han escrito sobre su vida y su obra, y en alguna placa conmemorativa como la expuesta en las escuelas de Margadáns.
Suárez Sandomingo, José Manuel
Suárez Sandomingo, José Manuel


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