Miscelanea pro Garzón

Admirable D. Baltasar:
Hemos nacido en la España de los mediocres, de los chorizos, de los políticos corruptos, de los herederos de la Dictadura, de los medras, de los magistrados políticos, de los subterfugios, de las falacias, de las envidias, de la escasez de valores, en el paraíso de proxenetas, de la droga, de los hasta hace poco asesinos de ETA, en donde la mafia se camufla en chalés de lujo y las instituciones.

Y, por si tuviéramos poca, llega Esperanza Aguirre( “Horrible”) y nos vende la moto de las Eurovegas con el falaz argumento de los puestos de trabajo y pasándose por la entrepierna las leyes de flujo de capitales, ley antitabaco y cuantas fuese preciso modificar para regalarnos otros nuevos mafiosos. Es por ello, que persona como ustedes estorban a toda esa gente que gozan de importantes amigos y que cuando roban, contestan ¿Y qué importancia tiene eso? Aquí no interesan personas honestas que luchen por tan nobles causas como las suyas. Las personas que luchan contra la droga, por ayudar a los que tratan de recuperar los cadáveres de sus seres queridos, los que se atreven a descubrir los trapos sucios del amigo del yerno de Aznar… hay que echarlas, desprestigiarlas, negarles el pan y la sal y se dirán: que se cree éste. Otros no tienen las agallas, lo de la entrepierna, que se necesita para ello y por eso ignoran deliberadamente las golferías que los valientes encuentran en exceso.

Le achacan ahora a su señoría que no guardó las garantías de los detenidos, como si usted fuese un esbirro de la dictadura ¿a quién pretenden engañar unos jueces que no son independientes del poder político? ¿Se han implicado ellos en corregir las injusticias de un régimen fascista en el que se educaron? ¡Y aquello sí que era una dictadura! Vendernos ahora que en democracia los presuntos golfos deben ser respetados y gozar de las garantías legales está muy bien y no deja de ser una falacia; podían también usar sus señorías la misma sensibilidad con el dinero presuntamente robado a los contribuyentes, pero, fíjense ustedes, el dinero nunca se recupera.

A su señoría se la tenían jurada aquellos que envidian su valor, pero como decía el ex ministro de justicia Caamaño: “Eso se hubiera arreglado con la anulación de la escuchas como se hizo otra veces, nunca con la condena del instructor”. Su proceso está muy claro. Es una vendetta política, y si no no hay nada más que ver el posicionamiento de la sociedad que, por cierto, está en su mayoría a su lado. Y lo deja muy claro otro defenestrado como el ex-fiscal general Jiménez Villarejo:” Este es un golpe de estado similar al 23 F. La extrema derecha ha conquistado una victoria que ha sido posible por el Tribunal Supremo que ha sido sensible a esa persecución con el consentimiento del Poder judicial”

Y otra pequeña muestra de su persecución política es que hay decisiones tan sospechosas como ésta: “El fiscal del caso de los trajes de Camps no recurre”. ¿Tendrá algo que ver el cambio de gobierno? Esa, señoría, es la ley y su trampa y el servicio a una patria que sigue siendo patrimonio y despensa de los herederos de los vencedores de aquella maldita Guerra.

Cualquier mediano observador de la vida cotidiana puede ver como se van generando las condiciones precisas para recuperar aquellos tiempos del pensamiento único y de las prebendas y abusos; así como las ventajas y privilegios de una mafia que brinda con recochineo. Y esa no es una percepción exclusiva mía, es la de muchos españoles que hemos tratado de instaurar una democracia que prostituyen sentencias como las que se van a cebar con usted y eso conlleva la lectura de ser aviso a navegantes.

Dios lo ampare. Que estos jueces ya han demostrado su categoría humana.