Para ti, que eres joven

Los jóvenes creen que quien muere primero son los más viejos. Mentira, la muerte no elige edades.
Como un virus, nace con nosotros, el tiempo de su llegada no tiene edad, viene cuando tenga que venir.
Nunca esperes gozar la herencia, puede ser que no tengas tiempo.
Nunca desees la muerte a nadie, por bienes materiales. Nunca lo hagas. Pide salud e inteligencia para que consigas con tu trabajo tu propia riqueza.
Nunca esperes zapatos de difunto. Estarás descalzo siempre y, al final, no te van a servir.
Nunca digas que sabes más que ellos. Es tu mayor equivocación, por muchos estudios que tengas, te falta la experiencia, habla, pero con humildad, no quieras ser el dueño de la verdad.
Nunca faltes al leal respeto de nuestros mayores, se volverá contra ti, más temprano de lo que piensas.
Nunca estés seguro que lo vas hacer mejor que ellos, le tendrás que pedir ayuda, aunque no quieras.
La vida es una incógnita, su tiempo, igual. Tu vida será lo que tienes en el libro de tu destino.
Nunca olvides que si miran al firmamento, tú no eres nada. Eres invisible en medio de millones. Solo eres grande cuando te miras al espejo y estás solo Y, lo mismo el espejo se puede romper y no te ves.
Por mucho que te estires, nunca alcanzarás lo que está alto y si te pones en una escalera te puedes caer para no levantarte más. Tus viejos, serán tus muletas.
Nunca los desprecies, ni los pongas de lado, al revés, respétalos, absorbe su sabiduría, aprende, se humilde y asi serás alguien en la vida.
La cosecha de la vida, a veces, queda. Te vas antes de recogerla y si tienes tiempo para hacerlo ya verás como recibes lo que has dado.
Así es nuestra vivencia, dar y recibir. Si no das nada, nada recibirás. Seguro que la prepotencia que siempre fue tu compañera te pasará factura y sufrirás con dolor lo que hiciste con los más viejos. Recuerda aquel relato "Haz bien y no mires a quien" en el libro "El Abuelo" de Calleja.
Hay mar, hay un ir y volver como las olas en la playa, tu eres un grano de arena, que terminarás en el fondo sin regreso.
Acuérdate que estas en la escuela de la vida, aunque no estudies ,ya aprenderás, como aquellos que por ella pasaron.
¿Quedarías una noche entera a la lluvia y el frío, para ayudar a un viejo como haces para coger una entrada para un concierto?
Lo dudo. Lástima que no te acuerdes cuando en tu cuna, enfermo, tus padres pasaron noches sin dormir, velando por tí. Seguro que te tendrian en brazos, bajo una tempestad para llevarte al hospital y andarían horas, si fuese necesario, ir a pie,
¿Sabrás tú cuanto han dejado de comer, para que comieras tú?
Nunca conseguirás saberlo. Por eso te digo respeta, siempre, a tus mayores. Lo merecen y es un deber que tienes, para contigo si quieres ser un hombre o mujer de verdad.
Coge con las manos tu vida; pero , en palmitas lleva a tus padres. Nunca lo olvides. Es mi consejo.