Insultones

Los niños pequeños tienen la costumbre de llamar “insultones” a aquellos que los molestan o desprecian. Por su parte, la verdad es una afirmación subjetiva basada en las propias convicciones. Si esto lo aderezamos con la educación y el respeto debido, nos encontramos con la dificultad de discernir con claridad lo que es insulto de una verdad. Por eso uno, que trata de ser educado y respetuoso con los demás, se encuentra con frecuencia insultado por algunos políticos, que llevados de su fanatismo, descalifican a los que diferimos de su pensamiento.

Los que no militamos en ningún partido, aunque simpaticemos más por uno que por otros, como cualquier hijo de vecino, tratamos de ser subjetivos, máxime si nos dedicamos a opinar públicamente. Y aquí viene mi observación: en este País hay una serie de señores que escriben en periódicos de tirada nacional que, muchas veces, en vez de argumentar a favor de aquellos sus señores, se dedican a insultar a sus enemigos con toda la mala leche que mamaron y jugando a ingeniosos, cuando no babosos. Me estoy acordando de un “elemento”, traumatizado sexualmente, que escribió unos comentarios obscenos de una presentadora del tiempo en televisión. Los cerdos,-esa es mi verdad y no insulto-parecen tener patente de corso para enseñar a sus secuaces a llamar, por ejemplo, a Zapatero, hijo de…Eso sí, se indignan mucho, si lo hacen los contrarios con sus admirados líderes. Y, si les es posible, cortan las alas a cualquier iniciativa, revista o cualquier medio donde se publique opinión contraria a sus queridos salvapatrias. Conviene aquí recordar que prácticamente toda la prensa española pertenece a una determinada tendencia.

Saben ustedes a quienes me estoy refiriendo y que pertenecen a grupos de presión social, la mayoría de derechas, aunque también los hay de izquierdas, que gozan de palestras de gran difusión y que andan ávidos del aplauso de los nostálgicos de un tiempo pasado que, para mí, fue peor.

Son mejor individuos, que gozan de agarraderas para salir de cualquier charco, pertenecen a familias pudientes y heredaron de otros “profesores” la impunidad para descalificar a sus enemigos, incluso con calumnias, cuando no mentiras, carentes de una mínima ética personal.

El programa de radio de la Ser, el “Ojo Izquierdo”, pone de relieve con frecuencia muchos ejemplos de la mala educación, el insulto, y el modo de escribir de estos “creadores de opinión” que siempre se van de rositas, mientras los demás hemos de escribir siempre con el freno de la educación y el respeto. Podríamos también insultar, pero eso es una de las muchas diferencias que nos separan.