Pasa página y cierra capítulo

Reconoce cuándo se acaba una etapa en tu vida, si permaneces en ella mucho tiempo perderás la alegría.

Cerrar capítulos, o puertas es parte de un aprendizaje necesario en la existencia de cada uno. Nos pasamos toda la vida superando rupturas sentimentales, dejando trabajos, cambiando de vivienda, viajando, conociendo personas o despidiéndonos de ellas, es decir terminar con etapas y seguir adelante. En la historia de la evolución la especie que mejor sobrevive es aquella que se adapta mejor a los cambios, no podemos estar en el presente añorando el pasado, ni preguntándonos mil porqués por todo, todo lo que vivimos sucedió y hay que desprenderse. Cada momento tiene sus cosas, no es bueno ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni seguir trabajando mentalmente en lugares que ya no estamos ni existen, ni estar vinculados emocionalmente con quien no lo está a nosotros. No es bueno esperar que te devuelvan algo que dejaste o regalaste, que te reconozcan lo que has dado de corazón, o que un antiguo amor se dé cuenta de lo que vales, ¡soltar resentimientos es avanzar!. Repetir mentalmente una y otra vivencia lo único que hace es dañarte mentalmente y amargarte. Nada ni nadie son indispensables, ni una persona, ni un lugar, nada es más importante que tenerse a uno mismo, ya que viniste a este mundo solo y así te irás.

Cerrar Capítulos
Tirar o reciclar aquellos objetos que ya no se usan, produce una transformación. Cuando en un sector existe un espacio vacío, se producirá algo que facilite llenarlo.
Al liberarnos de correos electrónicos, sms que ocupan espacio y no cumplen ninguna función, nos purificamos de recuerdos y vibraciones del pasado, pasamos a otra fase, eliminando el dolor, rencor o culpa que pueden estar involucrados en esas situaciones. Es tan importante romper fotos, quemar cartas, libros, sea lo que te hayan regalado esos amores pasados, sean vestidos o joyas, prendas que te recuerden a él, es bueno regalarlas, entregar tiene el don de producir transformaciones siempre positivas. Si las joyas son de valor, es bueno revenderlas así siempre se puede reutilizar ese dinero para pagar el divorcio o irse a un Balneario para desestresarse de la ruptura o pagarse una terapia, invertir en algo que sea únicamente para el beneficio y salud física y mental propia que ayude a superar la situación.

Subir Peldaños
Mientras en una relación si están ambos en el mismo nivel, todo está bien, si uno sube un escalón, y la otra persona no, y si se sigue ascendiendo, es cuando debes desprenderte de la persona que tienes al lado, sucede cuando creces interiormente, es un proceso en el que pierdes todo lo que no coincide con quien te has convertido. Seguramente después de un tiempo algunas cosas vuelvan a tu vida y te alcancen, pero cada uno sigue su ritmo. La vida es una infinita escalera, donde vas encontrando personas que te acompañan, cada pérdida hay que dejarla ir y prepararse para lo bueno que viene, en el momento que entendamos que todos estamos conectados no sufriremos por una separación.

Amor y Muerte
Cuando una pareja se forma debe hacer frente al adiós, sea cual sea su amor éste se acabará, hasta el amor eterno es breve. Muchos temen ese adiós, quieren sufrir poco y prefieren no tener relación de pareja. El gran amor mira sin miedo al adiós y al final. El que se queda al lado de un ser amado que está enfermo y fallece, se abandona al dolor, tener un gran amor es igual a sentir un gran dolor, pero es bueno entregarse a él ya que permite realizar bien la despedida con la consiguiente separación y termina liberando, preparando para lo que sigue. Decir adiós y luego mirar hacia delante, a lo que depara el destino eso revela el amor. Un largo duelo es una ausencia de amor, es una manifestación de culpabilidad, por eso no deben durar mucho tiempo esos lutos sentimentales, para las relaciones de pocos meses o años en tres meses ya se debería tener superado y las de larga duración no más de un año para rehacer la vida sentimental. Denominar “mi ex” a alguien que fue pareja, indica posesión y casi es continuador de algo que se siente, sea bueno o malo pero nombrarlo como; “el difunto” implica un cierre y muerte de algo que ya no existe, no se siente ni padece.