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El hombre muy unido a su madre...

martes, 11 de octubre de 2011
Con mi esposa no, pero con otra sí.

El hombre muy unido a su madre puede alejarse sexualmente de su esposa

La mayoría de las parejas consideran que si se ama verdaderamente, siempre se es fiel, por otra parte, la fidelidad sexual es valorada muy positivamente cuando se decide un matrimonio. A pesar de que las relaciones extramaritales se condenan y la fidelidad se considera un ingrediente indispensable de la vida en común, los escarceos y deslices sexuales son frecuentes. Para muchos tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, aventurillas como dicen, puede resultar como un aliciente para quién lo disfruta, estar más relajado y amable en la relación de pareja.
Pero hoy vamos adentrarnos en esos caso que después de unos años de convivencia dejan de tener relaciones con la pareja y solo las tienen “con otras mujeres” continuando con una aparente normalidad y sin intención de dejar a la esposa. Aún así se sienten fatal, después de hacerlo, pero el remordimiento dura poco y se vuelve hacer una y otra vez por las ansias sexuales de “mojar”. Se justifican diciendo que su mujer “no les pone sexualmente” y aún así, la aman pero no se les “levanta” con ellas. Sabemos que después de un tiempo se termina la ilusión, la motivación sexual por lo general no dura siempre, es un factor que pueden influir pero tener una doble vida y con fortuna de no ser descubierto, esto es como “una adicción” donde no hay marcha atrás, es decir, o se busca una solución y se reconduce la pareja o se deja a la esposa de forma honesta.

¿Por qué mi marido no me folla?
Los cimientos emocionales de las parejas se mueven cuando vienen los niños. Los cónyuges, además de ser la pareja del otro, se convierten en madre y padre del hijo común. La relación madre-bebé demanda a la mamá mucha parte de sus energías psíquicas y emocionales mientras cuida a su retoño, y la base de esta relación está en la que tuvo esa mujer con su propia madre. Es habitual que haya problemas “de reacomodación” cuando se tiene un hijo, sea el primero o segundo. Si la esposa no encuentra su lugar como madre, podría transferir a la pareja estos conflictos, si se centra en el niño y no le deja lugar al marido puede generar sentimientos de culpa. El marido si sigue demasiado unido a su madre y la identificación con su padre no ha funcionado, puede alejarse de su mujer porque no sabe cómo actuar como progenitor, esto puede implicar que guarda ciertos resentimientos hacía su madre, asociando la figura de su mujer a la de su madre y alejándose de ella, ya que compite con el niño por el amor materno y a la par, no queriéndose acostar con ella, ya que es como si lo hiciese con su mamá, por eso no se “excita” con ella.
Freud que era muy listo, y adelantado a su época, ya hablaba de una cualidad indispensable cuando se ama a otro: respetar su SER. El niño pequeño no reconoce que su mamá tenga otro interés que no sea en él y cuando lo descubre que no es el centro del universo, lo acepta mal: sufre celos de su padre o de sus hermanos. Así al hacerse mayor, le puede suceder lo mismo con su esposa cuando ésta tiene hijos. El papel del padre es vital debe acompañar y proteger a la madre-hijo durante los primeros meses, y después de un tiempo, le tocará a la mamá separarse poco a poco del hijo y regresar al lugar de mujer junto a su pareja.

Adulterio o Infidelidad
Los conflictos que tienen como pareja derivan del hecho de que no han podido saldar cuentas afectivas con sus padres. Así que es importante trabajar este tema adentrándose en el pasado de esas relaciones, y liberándose de ellas para poder funcionar como adultos. Pero es interesante distinguir de lo que es adulterio de la infidelidad. El primero, es un término legal utilizado sólo para aquellos que están casados y que acuden a la relación carnal voluntariamente con un tercero que no es el marido o esposa. La infidelidad representa una violación o traición a una promesa o a un voto que la pareja acordó en un convenio exclusivo entre dos.
Si bien es cierto que esto no es algo por lo que pasan TODAS las parejas, pero constituye para muchas otras, una amenaza que hay que saber solucionar.
Castro Liz, Ana
Castro Liz, Ana


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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