II Opinión... mod(L)esta

No sé a quién debo agradecérselo pero cuando yo era niño, y mira que hace años – por supuesto mucho antes de que nacieran los dos-, el día 4 de agosto era la festividad de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los Dominicos que contó con grandes, eminentes teólogos e internacionalistas, junto con los jesuitas –con quienes se llevaban de modo políticamente incorrecto en ocasiones- y que tuvo como principal misión luchar contra la herejía albigense. No puedo olvidar aunque mi padre falleció siendo yo un niño, que, por ser el día de su santo –con el nacional-catolicismo se celebraban las onomásticas no los cumpleaños como ahora- la noche del 3 al 4 de agosto la generosidad popular nos premiaba con múltiples regalos y dádivas.
Años después la Santa Sede, por medio del Dicasterio correspondiente, acordó cambiar la celebración del Santo del cuatro al ocho de agosto, aunque en mi tradicional familia me siguen felicitando en la fecha originaría, es decir, hoy. Cuando vengo contemplando que en esta fecha cumplen años los dos interplanetarios, White and Black, aunque los dos, a sus respectivos países se las están haciendo pasar negras. El “rojo” 51 años y el “moreno” 50 pero ambos zurdos. Por una vez mucho tengo que agradecer a la Iglesia Romana el acierto en el cambio porque no podría imaginarme celebrando una efemérides que supusiese una concelebración, aunque laica, de la dupla gobernante.
No me puedo imaginar con qué careto tomarán el champán –el de aquí cava catalán- conmemorando su respectiva efemérides con dos países que deben más que una caja o un banco quebrados, el de aquí, con los descontentos en la calle, la ETA en casa, con más del 20% de parados sin una situación buena de que laudarse aunque tenga el “papo” de no reconocer ni un fallo. Como dice Abad: “Ni una mala palabra, ni una buena obra”. Y el “moreno” con un fracaso rotundo en su mandato.
Estos remedos de Felipe II con la Armada Invencible: “Yo no mandé a luchar mis naves contra los elementos” aunque el nietísimo lo hiciese en misión de paz, dejan unos pueblos, uno con una deuda del 70% del PIB y el otro, como es más grande, con el 100%. Como canta un grupo de cómicos: “Con un paro y una deuda del copón”.
Y no decimos “maricón el último” porque podría entenderse como homofóbico pero los próximos años, ¡temblad españolitos!, porque la basura de salarios que percibáis os la van a quitar para pagar la deuda que el cincuentón os va a dejar.
- Y tú, ¿qué?
- Yo me voy …….al puesto donde se halla la barca de oro que debe conducirme…. Y no sigo, no me venga a cobrar la SGAE los derechos de autor.