Fiestas de los Dolores y de la Merced

Las festividades religiosas de los Dolores y de la Merced tuvieron relevancia mariana en otros tiempos en Verín, segun las crónicas que nos dejaron nuestros maestros.

Así recordamos unos retazos de Jesús Taboada, quien describía con la erudición que recuperamos para este espacio informativo en fechas señaladas. Bajo el título "Los Dolores en Verin", escribía:
"No tiene hoy el esplendor que tenía hace unos años, aún cuando el barrio de San Lázaro, en donde se venera la imagen, sigue celebrando su fiesta y sigue muy concurrida la romería profana y verbena precedente.

Las ofertas y limosnas eran antes muy importantes.Se recuerda la oferta de una yunta de vacas hecha por un agradecido devoto de Laza. Pollos, carneros, cabritos y regalos análogos se hacían en abundancia. Luego se subastaban y con su importe las fiestas eran magníficas. Venían los andores de Portugal, se hacía alarde de exhibiciones pirotécnicas y era costumbre que las jóvenes asistieran a la verbena con mantones de Manila y los balcones del barrio lucían vistosas colchas de confección casera."

Taboada, también nos deja relatos de la festividad de la Merced, en cuya Plazuela estaba su "Academia Verinense" y escribía en una de sus crónicas:
"Al amparo del Convento Mercedario, fundado en Monterrey en 1484 y que a Verin bajo en 1597, cuando el capítulo provincial de esta fecha presidido por Zumel autorizó a la comunidad a trasladarse a la Villa, nació la devoción a la Virgen de la Merced.
Precede a la fiesta un solemnísimo novenario en el que suelen predicar oradores sagrados de reconocida fama. La procesión es un brillante desfile, pero la festividad no tiene ninguna circunstancia curiosa, sino que constituye una de tantas manifestaciones de fé mariana, intensa y esplendorosa como la de la Purísima en el templo parroquial, sin expresión popular o tradición alguna."

También conservamos del maestro Jesús Taboada Chivite un bello relato sobre la Virgen de los Dolores de la Trepa donde describe que: "La actual capilla fue construida en el siglo XVIII por el abad don Bernabé de Limia, pero nada dice el actual descriptor de los Estados de Monterrey, González de Ulloa, quien vi poner la primera piedra, si existía allí un culto anterior".

Con este relato festivo, rendimos homenaje a quien dejó estas crónicas, el entrañable historiador e investigador verinense, siempre en el recuerdo de un viejo alumno.