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Solos en el desierto

lunes, 12 de septiembre de 2011
A Yulo, (Antonio Fernández Oca )
"A quen o Bloque debera nomear Conselleiro de Agricultura
porque il coñoce coma naide os problemas do agro galego".

Verbas escoitadas por mín este vrao dunha innovadora muller do noso campo.


A nadie se le escapa que en nuestra zona apenas hay industria. Sin duda, la Naturaleza que fue tan generosa en cuanto a belleza, ubicó a Viveiro en un extremo peninsular de difícil acceso. También es cierto que Viveiro carece de las comunicaciones que debiera gozar porque Villalba siempre fue la favorecida por su gran valedor Fraga, que así "agradeció" a nuestro pueblo tanto fervor popular como el que lleva disfrutado aquí. -Viveiro a Fraga no le debe nada, algunos vecinos le deben hasta negocios enteros-.

Pues bien, una mínima objetividad, que debieran usar las fuerzas políticas, hubiese trazado la Transcantábrica por la costa hasta Ferrol, y nuestra comarca podría haber salido del retraso actual inherente a esta falta de comunicaciones. No hay ejemplo mejor que ver a Ribadeo para comprender el cambio que supone la autovía.

Que aquí la industria es muy escasa, y el Ayuntamiento se ve obligado a tragar con concesiones para no desubicar las pocas que hay, es otro hecho contrastable. Ahora bien, lo que no puede permitirse es que una de nuestras mayores riquezas, la agricultura, se vea amenazada por la contaminación que, tanto Endesa como Alúmina, están llevando a cabo. Y aquí no aparece nadie para decirles: Basta ya, Nunca máis o cualquier otro eslogan. En este desierto, que sólo produce mano de obra para la emigración, dudo que haya organismos como Medio Ambiente, representantes políticos, asociaciones de vecinos...que sean capaces de denunciar la situación y que exijan controles, no indemnizaciones, a las empresas que están desde su instalación, expulsando productos contaminantes ante la pasividad de quienes deben evitarlo y abusando de la resignación de nuestros campesinos.

Hoy hay tecnologías para poder evitar un desastre medioambiental cuyas consecuencias están por cuantificar. Aquí se puede comprobar en el suelo, en los árboles o en los productos agrícolas, las secuelas de la contaminación que producen estas industrias y puede llegar un momento en que tanto abuso pase factura como ya está ocurriendo con la fruta por poner un solo ejemplo. Es urgente que, por parte de las empresas, se invierta en dicha tecnología, se instalen y no invadan con sus humos tierras ajenas, a las que ni siquiera se les paga una indemnización, como parece ser se hace con Inglaterra. Y si la Consellería de agricultura no se implica, ¿para qué está? Y si Sanidad no se implica en el control de los productos alimenticios, ¿para que está ?... pero tampoco vemos que los sindicatos, por mucho que se llamen labregos, Comisiones o pepitos pérez .lo hagan. Y uno cree que las autoridades están para algo más que absurdas guerras de banderas (Suprimir el himno nacional en el izado de banderas en las fiestas requiere otro artículo).Las autoridades están, y es su obligación saberlo, para requerir de los organismos competentes análisis de tierras, estudios sanitarios y, si es cierto como se afirma en conversaciones privadas del alto índice de cánceres de nuestra comarca, tomar las medidas necesarias que se precisen.

Y cuando uno dice esto en román paladino, no es necesario ni interpretaciones ni tergiversaciones que algunos malintencionadamente hacen. No estoy en contra de las empresas, sino de la contaminación que producen. No estoy contra los intereses de los obreros, sino defendiendo los intereses de unos campesinos abandonados de quienes no parecen tener agallas para ello.

Y esto me recuerda que, a veces, las lecturas a vuela pluma de las opiniones, tratan de deducir cosas que no se dicen. Por ejemplo, en un artículo reciente, alguien interpretó que insultaba a los armadores cuando hablaba del maltrato y explotación de los marineros. Que la situación actual no es la misma a la que yo me refería, está claro. Hoy aquellos marineros son indonesios en manos de sociedades a las que nadie pone coto, ni la policía ni los gobiernos, que son ciegos interesados. Hoy son armadores personas que tienen formación universitaria. Sería deseable suponer que hoy nadie llame hijo de...a sus trabajadores, ni que les conteste con: "xa descansarás no cementerio". A algunos les puede resultar muy gracioso, a mí me parece de una crueldad extrema. Por muy humilde y pobre que sea una persona, nadie debe faltarle al respeto y a su dignidad. La brutalidad es necesario combatirla con la educación.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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