Mucho más que gracias

Las cosas que escribo, sin importancia y por bondad, hacen comentarios tan hermosos, que no consigo aguantar los ojos secos escapándose una lágrima de emoción.
Gente que sabe más que yo. Culta, que no le llama la atención errores que escribo. Se unen a lo que quiero decir lo que dicta mi corazón, por toda la vida los tendré en mi amistad.
No sé cómo explicar lo que siento. Mi familia no hace caso, nunca han leído nada. Quizá me tomen el pelo.
¿Será que soy yo la que está equivocada, o son ellos?
Ya sufrí mucho, ahora no. Vivo en mi mundo, un mundo sin rencor, sin odio, sin mentira, lo que cuento, es un testimonio de mi vida y de otras.
Soy distinta, lo sé, pues me acuerdo casi de todo, desde mi camita de niña, desde los dos o tres años, lo tengo todo guardado, no en fotos, pero si en mi cabeza.
Hasta de olores me acuerdo de cosas mínimas. Todo está conmigo. En los momentos de gran dolor no sufrí, solo sucedió mucho más tarde.
Al volver la mirada atrás, siento todo y a todos, parece que mi vida no pasó, que soy la niña, la joven, la madre sin ser aún mujer, ama de casa sin tenerla. Como dormida fui por la vida, vagando, al sabor del destino, ahora me despierto, muy tarde, tan tarde, que casi no tengo tiempo para soñar. El esfuerzo es tremendo, me sujeto a la vida, a mis sueños, despacio está viniendo la fuerza y amo alguien, o un recuerdo, no lo sé, solo se que es real, palpable, tengo tus manos en las mías, años y años pidiendo a alguien para regalar lo mucho que tenía en mi corazón.
Así, después de tanto pasar, tengo un corazón que me tiene dentro, que me defiende, que me calienta, que acepta las sobras de lo que fui.
Batallaré hasta quedar sin sangre, para regalarte lo mejor que tenga. Aun es mucho, mi fuente de querer es inagotable, soy distinta de los demás, lloro al sonreír, sonrío, llorando.
Gracias a todos por vuestro animo, gracias por vuestra amistad, gracias por la caridad de no ignorarme.
Por fin siento que tengo un lugar al Sol.
Solo quiero que mis dedos tengan la destreza de escribir rápido, como mi pensamiento, y tenga siempre unos ojos dulces que lo lean.