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El Ave a Galicia

lunes, 05 de septiembre de 2011
Rajoy dijo hace un par de días que apoyará y garantizará la construcción del AVE a Galicia, y por toda respuesta, los amiguetes de PSOE y BNG han dicho que no se lo creen. Al menos tienen la decencia de no decir, como otros partidos de comunidades autónomas ajenas que sí lo tienen (vamos, Cataluña), que no es necesario y que es un despilfarro. El BNG ha avanzado mucho en este tema, no hay más que recordar su frontal oposición a la construcción de la autovía A6 entre Madrid y La Coruña, de la que decían que era una “navallada” a Galicia.

Este debate sobre el AVE a Galicia tiene una repercusión extraordinaria, probablemente porque también tiene una gran incidencia en los Presupuestos Generales del Estado de los próximos años, y es curiosísimo ver que los primeros que dudan sobre su utilidad y necesidad son los propios gallegos, que con la falta de espíritu reivindicativo que nos caracteriza, damos parte de razón a quien dice que “no será rentable”. Vamos a dar un pequeño repaso a la cuestión, para ver si ayudamos a despejar dudas y eliminar mitos.

Los principales argumentos utilizados son los siguientes:

“Habiendo buenas carreteras y aviones el tren está obsoleto”.
“Galicia es muy montañosa y sale muy caro, no merece la pena”.
“Como Galicia tiene muy poca población no va a tener demanda”.
Respecto al primer punto, hay que tener en cuenta que en Galicia no sabemos lo que es tener un buen tren. No hemos tenido una buena conexión ferroviaria con el resto de España desde que los carros iban tirados por animales. Poco hemos avanzado desde aquella, así que tenemos muy poca conciencia de lo cómodo, útil y rápido que es un buen tren. Lo pueden barruntar los gallegos del arco atlántico (Ferrol-Coruña-Santiago-Vigo) porque usan el tren de cercanías entre esas ciudades, pero aún así, la comodidad de subirte en una zona razonablemente céntrica de tu ciudad y bajarte a las pocas horas en el centro de Madrid, por ejemplo, es ciencia ficción para nosotros.

La comparación con el avión no se sostiene, ya que para subirse al tren no hace falta irse al quinto pino al aeropuerto, ni estar con una hora de antelación, ni hacer colas eternas para facturar y para entrar, y otra vez para salir, y otra vez para coger la maleta… No me comparen. La competencia del coche puede ser la más grande para el AVE, ya que estamos muy acostumbrados a ir en nuestro vehículo, pero la comodidad de que te lleven, en un transporte seguro y rápido, puede vencer esto sobre todo si van una o dos personas, que hacen que sea menos rentable ir en coche (si van cuatro sale muchísimo más barato el coche, claro).

Que Galicia tiene una orografía complicada es cierto, pero eso no quita que se construyan autovías y ferrocarriles decentes. También hay zonas de España que tienen menos agua potable y se les envía, no se les dice que beban CocaCola. Hay una serie de servicios que no se tienen que enfocar únicamente desde una perspectiva de costes, sino que son servicios básicos que hay que dar a toda la población. Costaba más poner una línea de teléfono en el Piornedo que cincuenta en la capital de la provincia, y no por eso se les decía que se comunicaran con tam-tam. Los nazis cruzaron los Alpes con autopistas hace 80 años, y por muy complicada que sea la geografía gallega, las comparaciones son odiosas.

Por último, el argumento más usado: la falta de población. No sé muy bien de dónde sale el trauma colectivo de que Galicia está poco poblada, probablemente de que nuestras ciudades son más pequeñas que por ahí y la población está dispersa. Pero oigan, somos la quinta comunidad de España en población. El orden es Andalucía, Cataluña, Madrid, Valencia y Galicia. Otras regiones como Castilla y León, Castilla la Mancha, País Vasco o Navarra tienen menos población que Galicia. Mucha menos. Así que menos complejo de inferioridad, que si los que más población tienen ya disfrutan del AVE, nos toca a nosotros.

Los romanos ya sabían que lo más importante para mantener unido un imperio son las redes viarias. Todos los caminos conducen a Roma, pero muchos menos de los que debieran pasan por Galicia. Con el rollo de que estamos en el Finis Terrae nos han venido acomplejando durante muchos años, y ni siquiera un dictador gallego como era Franco tuvo el detalle de beneficiar a la tierra que lo vio nacer. Para que no se diga.

Tiene gracia que, en contraste, la ruta cultural más importante de Europa tenga su destino aquí, en Santiago de Compostela. El Camino de Santiago, milenario y fundamental en el espíritu que vertebra nuestro nuevo gran país, viene a Galicia. A ver si también viene un tren decente.

Eso sí, uno de estos días hablaremos de si afecta a Lugo o no, que parece que nos quieren dejar fuera.


NOTA: Uno de los lectores me ha corregido el dato de que el BNG hablaba de la “navallada a Galicia” cuando se planteó la A6. Eso es incorrecto, lo de la “navallada” lo dijeron al hablar de la AP9, la autopista que une Ferrol con Coruña, Santiago, Pontevedra y Vigo. Muchas gracias por la corrección.
Latorre Real, Luís
Latorre Real, Luís


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