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Pequeña historia de Sousas

jueves, 25 de agosto de 2011
Pequea historia de Sousas De las imágenes del Balneario de Sousas, nos quedamos con la más reciente del anuncio en un transporte público. Otras, antiguas, son de las primeras décadas del pasado Siglo. Desplazándonos al pasado de los años treinta permite hacer un poco de historia que el escritor verinense Jose María Pereda, en sus relatos, situa el descubrimiento curativo de las aguas durante la invasión francesa, cuando la caballería de Soult acampó en lo que ahora se conoce como el "Augueiro" y varios caballos fueron atacados de fiebres, que desaparecieron al beber aquellas aguas minero-medicinales. Esta es la primera referencia que encontramos en relaciòm con el primer establecimiento de aguas minero-medicinales verinense manejando documentos registrales y de anàlisis geológico mineros. Arrancando el siglo, XX el ingeniero de Caminos Juan Govantes y el catedrático director de la Escuela Superior de Comercio de Madrid, Eugenio de Ochoa Teodor, de la ilustre familia madrileña de los Madrazo, levantaron el complejo de dos pabellones, unidos por un largo pasadizo metálico, comercializando las aguas con la marca "Sousas". La familia Ochoa-Govantes eligió el paraje como lugar de veraneo y, Juan Govantes, alto cargo siendo ingienero del Ministerio de Obras Públicas, instaló el Parque de Maquinaria del Departamento Ministerial en la confluencia de las carreteras Villacastín-Vigo y la de Verín-Braganza por Vilardevos. Instalaciones de Obras Públicas que se mantuvieron, interminadas durante décadas, destinadas, en parte, a vivienda del Capataz y depósito de apisonadoras, alquitranadoras y utillaje de peones camineros. El inicio de la Guerra Civil, en plena temporada de "aguistas", sorprendio en Sousas a un miembro de la familia propietaria, Eugenio de Ochoa y Mulett, quien, debido a una caida siendo niño, en la escalera de su casa en Carabanchel, quedó jorobado, conocido en la Villa como "El Chepa". En 1937, al derrumbarse el frente de Asturias, llegaban a Sousas María y Jacinta Govantes, quienes con su primo Eugenio regentaron la empresa que al contraer matrimonio Eugenio y María, familiarmente llamada "La Gorda", impulsaron la planta envasadora y María, titulada en Comercio, fue nuestra profesora de taquigrafía una de las asignaturas obligatorias para el ingreso en la Escuela Oficial de Periodismo. La década de los años treinta fue la de expansión de Sousas y Caldeliñas, regentados ambos balnearios por Ochoa-Govantes. Durante la temporada oficial de aguistas se fomentaron atracciones que veían concurridos los "Jardinillos" y praderas aledañas, actuando un quinteto orquestal "Sasuos", se inauguró la Capilla bajo la advocación de San Cayetano, servicios de bar, salas de consulta medica, de lectura, sanitarios y juegos de "criquet", chapas y rana en los que participaban clientes y la juventud verinense. De aquellos veteranos empleados recordamos a la aguadora Antonia, con bata blanca y cofia, a Jaime al frente de la envasadora y limpieza de jardín y al carpintero de embalajes el mítico jugador de fútbol Angel Cabido "Callao" quien, desde Sousas, pasó a vestir los colores del Real Oviedo. "Callao", en cierta ocasiòn, acompañaba a los Ochoa-Govantes en el vehículo que conducía Eugenio, y sufrieron un accidente, por rotura de frenos, en las Estivadas, volcando a la entrada de Flor de Rey. Percance siempre recordado por el futbolista, nuestro, vecino de calle en Verín, recientemente fallecido. El Balneario y jardinillos aledaños, pertenecían a la parroquia de Abedes y fue, durante décadas, lugar de recreo de los verinenses, paseando bajo la sombra de negrillos centenarios a lo largo de lo que en la actualidad es Avenida y antaño fueron viñedos y huertas. No podemos olvidar al que en los años treinta fue Administrador del Balneario, Manolo Casal, quien, en condición de Alcalde, llevó el alumbrado público a Sousas, instalando un transformador, tipo intemperie, en el lodazal del Augeiro, por donde discurrían las aguas por la Canella Cega, hoy calle urbanizada. Sousas forma parte de la historia verinense, y del recuerdo entrañable de aquella familia que, mirando al pasado, parece estamos viendo sentados en sendos sillones de mimbre a don Eugenio Ochoa y su esposa doña Margarita Moulett en aquellas fogosas tardes de verano o compartiendo tertulias invernales en el salón. Matrimonio cuyos restos mortales reposaban en el panteón familiar del cementerio de Verín. Con los sonidos de un bolero de aquella orquesta "Sasuos", de la jovencísima cantante Hilda del Plata, los payasos Sandy y Drake y Rodriguete cantando "malagueñas" ponemos fin a esta instantánea dedicada a nuestros anfitriones de Sousas: Emiliano González, Toña García y a su encantadora hija Amelia, que, nos colman de atenciones en el Augueiro, recordando a quienes fueron nuestros vecinos de niñez y juventud,anecdotas y pasajes como el de este relato.
Nieves, Joaquín
Nieves, Joaquín


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