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INDIGNADOS-INDIGNANTES I

viernes, 17 de junio de 2011
A mi enorme amigo y maestro de Mondariz, (ilustre articulista de este Foro que está pasando por unos momentos trágicos, amargos, que con él, su mujer y su hija más joven, comparto, haciendo votos por la sanidad plena de la reciente mamá) Tony, le hace mucha gracia cuando en nuestras incursiones carusianas me oye cantar –es un decir- aquella murga casi de tuna referida al pueblo que decía –hoy supongo que la memoria histórica habrá hecho estragos-: “En los jardines de José Antonio – todos los días, hay reunión – donde se juntan los que no trabajan – murmurando siempre del trabajador”.
Fieles a nuestros viejos lemas de que “el trabajo envejece, embrutece y envilece” o el que decía que “el listo vive del tonto y éste vive de su trabajo” el españolito de a pie, incluidos políticos y sindicalistas, le ha tomado gusto al ocio y huye como gato escaldado de todo lo que suponga forzar el sudor de la frente.
Así ocurre que un pretendiente, forma de expresión, a un puesto de trabajo antes de saber de qué va la cosa, interroga al ofertante: ¿Cuánto voy a ganar? y ¿Cuántos días tengo libres? Es obvio que con tal tarjeta de presentación, no sea fácil dejar de engrosar las listas del paro.
El paro.
Ese fenómeno social que es culpa de (aquí el amable lector impute a quien desee con tal de que no implique ni al Gobierno ni a los Sindicalistas) y que debe ser algo muy sano y cómodo porque hasta hace un mes, es decir, pocas fechas antes de las elecciones últimas, nadie movió un dedo contra nadie. Por tanto, como nadie protestaba, la culpa no parecía ser de nadie.
Pero, de súbito, ante el anuncio electoral, se produce una movilización social contra ….y aquí vienen las dudas. Porque dicen, es contra los partidos, contra el “establishment”, contra los comercios de la Puerta del Sol de Madrid, y de los otros en otros sitios (debo decir que en La Coruña estaban delante de bancos y oficinas), contra la más elemental higiene, contra las flores y jardines, contra la “Espe” y ¿con el fin de? Hasta que el día de reflexión deciden imitar a Rubalcaba, el del 11M del 2004, y con incumplimiento de la Ley pero con la comprensión del veterano infractor y hoy Ministro del Órden Público, se fuman un puro, están al aire fétido libre, conniventemente con el “Garante” del orden por lo que, en vista del éxito, los “indignados” deciden seguir indignados y, por tanto, indignando a quienes usualmente están indignados con las indignidades que se cometen a diario por indignos personajes que dicen representar la legalidad democráticas. ¡Hay que amolarse!
Muchos indignos, nada indignados, que dicen representar la legalidad democrática inician un juego de mimos y carantoñas con los indignados acampados ilegalmente y , como ocurre interesadamente, cuando se da un dedo se toma la mano y cuando se hace con esta se toma el brazo. Y así se llega hasta que se da y se toma por donde se acaba dando y tomando.
Cuentan los fabulistas, cuentistas y charlista o escribidores que ayer a uno, hoy a otro que si un vehículo aéreo o el perro de un ciego, en fin que la gleba indignada decide atacar a los políticos “democráticamente elegidos” y ello es o conduce o acaba siendo el CAOS.
La libertad de la persona y, como corolario, la social es un bien inviolable, inatacable e inobjetable.
Por tanto nunca discutiremos el derecho a la protesta, a la reclamación, a la insumisión civil contra los abusos de la autoridad sea del signo que ésta fuese. Pero la libertad tanto individual como social tiene, en su expresión exterior un límite ¡la ley y su corolario! el orden que consiste simplemente en el cumplimiento de la Ley.
Es pues absolutamente rechazable y condenable la violencia cualquiera que sea su signo, modo de expresarse o forma de exhibirse.
La violencia coloca ipso facto e ipso iure, fuera de la Ley a quien la aplica. Es execrable. Pero, insisto, la violencia es repudiable porque supone una ilegalidad. No son tiempos aún de defender con el P. Mariana conductas potencialmente válidas en tiranías o regímenes autárquicos o sometidos a satrapías.
Pero hay que seguir condenando conductas ilegales.

Los “indignados” han vulnerado la Ley al infringir preceptos tanto administrativos como civiles, mercantiles y penales. Pero lo han hecho amparados por unos Gobernantes que no son menos infractores que aquellos.
¿Están los “indignados” verdaderamente indignados por la flagrante ruptura de la Constitución que ha supuesto el Estatuto de Cataluña? ¿y el del País Valenciano? ¿y el de Andalucía?
¿Están los “indignados” verdaderamente indignados por la flagrante ilegalidad de dar carta de naturaleza a BILDU?
¿Están los “indignados” verdaderamente indignados porque haya más del 20% de la población activa en paro?
¿Están los “indignados” verdaderamente indignados de que sindicatos impidan que el mercado laboral cree empleo y que haya alrededor de trescientos mil liberados sindicales?
¿Están los “indignados” verdaderamente indignados de que la corrupción sea arma política de los más corruptos?
¿Están los “indignados” verdaderamente indignados con el enriquecimiento patrimonial personal que han acumulado los políticos que predican la solidaridad y el apoyo a los más desfavorecidos?
¿Están los “indignados” verdaderamente indignados de que una oposición pretenda hacerse con el poder sin gastar un ápice de energía aparándose sólo en la espera de que se hunda la barca contraria?
¿Están los “indignados” verdaderamente indignados con un Gobierno que no hace sino mentir, coartar libertades, fiscalizar al pueblo, castigar fiscalmente al trabajo y no arriesgar nada para fomentar la productividad, el trabajo y el ahorro?
Goás Chao, Domingo
Goás Chao, Domingo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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