La Gala de la Danza o la perfección hecha niña ( II )

Y Salomé danzó tan bien que agradó mucho a su padre y el rey entonces le prometió entregarle todo lo que ella le pidiera, aunque fuese la mitad de su reino.

Y Salomé danzó muy bien… Y ellas danzaron también muy bien , porque Salomé multiplicó sus siete velos, dando así paso a un fascinante vestuario de fábula coral, y todo el cuerpo de baile se convirtió, aquí en Ribadavia, en las dionisíacas ménades y graciosas vendimiadoras de aplausos que fueron; en las más obsequiosas libadoras del fuerte y sabroso vino de la danza, que sólo las doncellas y divinos amorcillos ( uno ) de Tersícore, ellas y él, supieron derramar regaladamente en los labios de los amantes de los placeres exquisitos del arte y de la estética del cuerpo hecho lenguaje y de la geometría hecha instante perdurable , ayer tarde en el Auditorio de la capital de nuestro Ribeiro, donde el vino es otro y vario, blanco y “apasionado”.

La Salomé de la Judea antigua se hizo efigie y figura múltiple, suprema y maravillosamente “acordada” aquí en la judería ribadaviense de hoy, al pie del castillo de los Sarmiento y en medio de los ávidos pámpanos y esperanzados laureles de las riberas del Avia; en la sensibilidad sobrecogida y el corazón emocionado de los que allí estuvimos: ellas, las bailarinas niñas y magníficas del Conservatorio de Danza de Lugo.

Una salida de la ciudad de las Murallas que nos trajo el regalo distinto de la inocencia no perdida, de lo difícil cercano, del sacrificio recompensado, del cuerpo y espíritu gratuito, del espíritu que provoca y dimensiona la materia, del Arte sobre el artificio. De lo que habría que ver y sentirse siempre.

Gracias, niñas, niño, todos, “divino tesoro”. Porque con vosotras, por ejemplo y solamente, el agobio y el tedio cotidiano se hicieron acougo e “idea” inolvidables. Y porque, mientras os veo ya ahora en la memoria inmedita e inacabable, se desprenden sin fin los amarillos pétalos de la noche.

Que os diría mi para siempre “vecino” de rúa y barrio en Ourense a la vera del Miño, el ” Señor de Aguasquentes”, si os viera hoy aquí. Y porque vuestra luz, vuelo sin ala, en “nuestra” danza, … "es el primer animal visible de lo invisible". ( Lezama Lima )

Y tal que el rey le entregó a Salomé en bandeja de plata todo aquello que ella le pidiera,¡ ojalá por aquí pasase un ángel pequeño y grande que os haga llegar a la bodega de vuestros sentimientos las doradas uvas –nuestras- de la mejor cosecha del ribeiro artístico que aquí hizo brotar, hoy, la estética de vuestro buen hacer y el quehacer magistral de vuestras profesoras y querida directora, Isabel Méndez!: estas uvas en la bandeja temblorosa del ditirambo.

Y puesto que “bailar es soñar con los pies”, seguid enseñándonos a soñar, por favor.