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Un gobierno marxista en Lugo

viernes, 27 de mayo de 2011
Como diría Quique Souto: Lugo, ya se sabe, es una ciudad que no respeta los vientos. Lo que en toda España se ha convertido en un vendaval azul que ha asolado las posiciones del PSOE aquí se puede topar con una peculiar muralla. No nuestro bimilenario anillo de piedra, sino el muro de un posible gobierno marxista. Nadie se me lance, sigan leyendo, que no hablo de un gobierno al estilo de Carl, sino de mi admirado Groucho, que no sé qué será peor.

Mis habituales contactos en el BNG – hay que tener amigos hasta en el Infierno… bueno, sobre todo en el Infierno – me dicen que la opción que más probablemente salga triunfante en la ejecutiva, xuntanza, aquelarre, o como demonios le llamen, que tienen el sábado es la de apoyar a Orozco, pero sin entrar en su gobierno. Es decir, que tendríamos un Alcalde apoyado por 11 concejales, con un partido en la oposición con 12 y un tercero con 2 que va a lo suyo. Por “lo suyo” entendemos quiero decir que sacrifican a los lucenses a cambio de pisar moqueta en la Diputación, obviamente no van a ser tan tontos.

GrouchoMarx Si esto se produce, y no digo que no porque uno ya se va curando de espanto, el esperpento está asegurado. Bao deja colgado el ayuntamiento lucense, que le importa un comino porque él está muy ocupado poniendo cortinas en su despacho de la vicepresidencia de la Diputación (institución, por cierto, que él dice querer que desaparezca). La otra concejala del BNG, Paz Abraira, quedaría en solitario, aburrida en el despacho del BNG en el ayuntamiento, jugando al buscaminas mientras Orozco construye torres en el Garañón. Por su parte, Orozco tendría que justificar no ya un gobierno en minoría, sino en mini-minoría, porque tendríamos la peculiar situación de que gobernaría con menos votos y concejales que Jaime Castiñeira.

Pero todo esto no importa. ¿Quién quiere coherencia? Ya no digo coherencia de partido, que entiendo que a veces las situaciones no son las mismas en una que en otra zona, sino coherencia personal. Orozco reclamó la Alcaldía en 2007 porque había ganado las elecciones. Pues aplícate al cuento, moreno. Pero ¿qué más da lo que digan los electores?

Si no hay absoluta, que se fastidien los del PP. Todo parte de un supuesto falso: las elecciones no son un referéndum para votar PP SI o PP NO. No se trata de que los lucenses le den a Jaime la absoluta o nada, sino de quién quieren que sea su Alcalde. La chorrada de argumento del PSOE de que hay más votos contra Jaime que a su favor cae por su propio peso ante el hecho de que todavía hay más votos contra Orozco, y eso usando su ilógica (me niego a llamar a eso “lógica”). El filósofo debería saberlo, Aristóteles le daría un capón si levantara la cabeza.

El error del PP en todo esto es haber hablado de un pacto con el BNG. Lo suyo sería abrir pactos con todos o, como mucho con el PSOE en un frente que evite los gobiernos con participación de los nacionalistas. No porque yo tenga nada contra el nacionalismo, que sí lo tengo, sino porque en realidad tienen 2 concejales de 25 con lo que son los menos legitimados para gobernar aunque sea una concejalía del Ayuntamiento de Lugo. Si quieren gobernar, primero que ganen las elecciones, es lo que hay.

Eso sí, les reconozco su sentido del humor a los del Bloque: la postura estratégica del BNG en todo esto es la más divertida de todas anclándose a un PSOE en caída libre. Pues chicos, en las generales hablamos, pero mal te veo, Galileo.
Latorre Real, Luís
Latorre Real, Luís


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