Ayer, hoy y mañana

Insisten en que el domingo próximo hay elecciones. Pero menos. Ni en Cataluña, ni en Euskadi, ni en Galicia, ni en Andalucía. Autonómicas. Es decir, que los ciudadanos y ciudadanas que, no apuntados al pato, deseen incrementar el infinito universo de vividores improductivos, se apunten a ser elegidos miembros del escalón más bajo y quizá peor remunerado de la política: los presidentes de juntas vecinales donde la ley se lo permite y los ediles municipales de los que saldrán los alcaldes y los concejales de obras, urbanismo y asuntos sociales que parecen ser las “responsabilidades” más rentables.
Y los demás, a ser Diputados –qué mal suena- Autonómicos. Muy autonosuyos. Si los ediles pugnan por los citados edilatos, ¿qué no harán los diputados por los diputadatos de los mismos objetos?
Pero quienes montan la refriega son ZP y Rajoy. Aunque uno no se vaya, aunque diga que se va y el otro siga diciéndose el líder de la oposición aunque no oposite a nada porque ya ganó las de Registrador de la Propiedad en su día.
Naturalmente sin haberles oído ni un solo minuto un solo día pero sobrellevando la insoportable carga periodística, me vino a la mente aquella hermosa poesía de Rubén Darío: “El hermano lobo”, de la que, con los permisos oportunos, voy a reproducir unos versos:

“El varón que tiene el corazón de lis
alma de querube, lengua celestial,
el mínimo y dulce Francisco de Asís,
se halla por frente de un torvo animal,
bestia temerosa, de sangre y de fuego…”

1ª Adivinanza: ¿A qué no se refirió el vate a los políticos y al pueblo?
2ª Adivinanza: En caso afirmativo ¿quién cree Ud. que sería cada quien?
Como no queremos influir en la votación del próximo domingo, dejamos para después de los resultados, las consideraciones pertinentes.
Sólo un recuerdo: entre mencheviques y bolcheviques, ganan siempre los últimos.