Acabamos de hacer entrega del documental "Carrilanos" a amigos de Verin, ya que en el reportaje de TV se recogen comentarios de gentes conocidas y la inauguración del ferrocarril en el tramo Sanabria a Campobecerros y Laza.
Se nos sugirió en Verin que publicásemos algo relacionado con un proyectado ramal ferroviario a Chaves desde Laza, a lo largo de la ribera del Tamega, tema de actualidad a mediados de los años cuarenta, ultimados los últimos tramos de la línea Zamora-Orense.
El estudio del Ramal ferroviario, con planos y documentación complementaria se presentaba en el viejo ayuntamiento de la Plazuela por el gobernador civil Vicente Muñoz Calero, el Alcalde y Procurador en las Cortes Españolas Edesio Fuentes y Fuentes, el ingeniero de Obras Publicas autor del estudio, con técnicos de la Jefatura Provincial y los concejales señores Oterino, Godàs y Sotillo, asistimos a la convocatoria informadores representando a medios nacionales, regionales y provinciales: corresponsales de EFE, Logos, Mencheta, Faro de Vigo, Pueblo Gallego y La Región.
El trazado, paralelo al Támega, cruzaría por los municipios de Laza, Castrelo-Monterrey, Verín y Oimbra. Poniendo énfasis el señor Fuentes en la importancia económica que iba a suponer para la zona veronense y los pasos a seguir a través de la Jefatura de Obras Públicas y el Ministerio.
Aquella documentación, según se nos informaba entonces, se "paseó" por los despachos y el municipio dio preferencia a otros proyectos, como la construcción de un edificio sindical y casas baratas, considerando que la estación ferroviaria con mayor volumen de viajeros pasaba a ser la de Gudiña, que, en la actualidad, mantiene la preferencia a las que llevan el nombre de Verín.
El proyectado ferrocarril se esfumo, y en una visita a nuestro pariente Julio Nieves Borrego, con raíces familiares en Ríos, Abogado del Estado y Jefe de los Servicios jurídicos del Ministerio de Fomento, en 1944, revisando escritos no encontró rastro de lo que pudo ser y no fue que Verin tuviese estación ferroviaria.
Quede, pues, este relato, en anécdota de aquellos años de mediados de siglo que, en su tramo final, la importancia de la Villa pasaba por otras infraestructuras como la Red de Carreteras del Estado y la vieja Villacastín-Vigo paso a ser Autovía de las Rías Baixas.
Esta es la historia que mucho cambio las estructuras viarias, desde la calzada romana de Antonino Caracalla, el Camino Real hasta la actualidad de los 110 kilómetros por hora como limite de velocidad, hoy, otra historia que nos toco vivir al final de los últimos Carnavales.
