La lotería del "gordo" de Navidad en la localidad ourensana de Verìn dejó a lo largo del último siglo pequeñas anécdotas de "pedreas", que, allá por los años treinta, fueron la comidilla popular.
Uno de aquellos loteros que recordamos existieron en la Villa distribuía decimos en su Bazar Imprenta de "El Tamega" del que era propietario don Lino García Vázquez, comerciante al que apenas conocimos, porque el único recuerdo se remonta a 1935,cuando, como habilitado del Magisterio, acompañábamos a nuestro padre, entonces maestro de Abedes, nos obsequiaba con libritos de "Cuentos de Calleja". Le llamaban por su apodo "Clarinete" mas que por su nombre de pila,cosa frecuente entonces en la Galicia rural.
Al fondo del bazar estaba el local del taller de imprenta del "Tàmega" que, años después, tuvimos oportunidad de ver, acompañando al periodista coruñés, Luis Conde de Rivera, con vinculo de uno de los pueblos de la comarca. La imprenta que nos era familiar no fue la de "Clariinete", fue otra de la competencia, estaba situada al fondo de la Plaza, en la que se editaba "El Eco de Monterrey", taller propiedad de don Eladio Fuentes.
La anécdota de uno de aquellos sorteos navideños, la recogimos en la tertulia del grupo de amigos que se reunían en los atardeceres en el chiringuito el "Capitol", tasca tìpica de "Romanones", en lareira y puchero donde la esposa del propietario "doña Lola" calentaba jarras de vino en los leños humeantes, en aquel ambiente recordando anecdotas pusimos especial atenciòn en un comentario de don José Pallin López, quien recordaba cierta ocasiòn haber adquirido un décimo para el tradicional sorteo navideño en el Bazar de esta historia.
Aquel dècimo obtuvo un tercer o cuarto premio, que le comunico al expendedor por telegrama el Servicio de Loterías de la Delegación de Hacienda de Orense.
Como antaño había solo se conocian en principio los premios del "gordo" y a todo mas el segundo habia que esperar al siguiente dia la lista publicada en periódicos. La radio, con contados receptores en Verin, y la televisión aun no había hecho su aparición, aprovechando esta circunstancia, donde don Lino se dirigió a la oficina del Registro, donde trabajaba el jugador, dijo aPallin que como el numero no había obtenido premio, le devolvía el importe del decimo para incluirlo en la devolucion de no vendidos que remitía al Servicio de Loterias de la Delegacion de Hacienda.
Descubierto muy madrugador el engaño, los protagonistas montaron el espectáculo, con fuerte discusiòn en la Plaza, a punto de llegar a las manos cosa que impidieron el farmacéutico Josè Santamarina y el ferretero del "Siglo XX" Apolinar Martínez. La cosa no fue a mayores y Don Lino hizo entrega de aquel misterioso premio quedando zanjado el embarazoso asunto.
Zanjado en parte ya que el día de Navidad, durante la Misa de la Merced, don Antonio Oterino, con domicilio enfrente de la Iglesia, aprovecho el momento para discutir con el propietario del "Tamega" en relación con una gacetilla que habia sido publicada en el periòdico, motivada por otro asunto personal que no estaba relacionado con la loterìa; pero llovia sobre mojado para recriminar al polèmico editor.
Oterino, que portaba una llave, asesto un golpe en la cabeza de su rival causándole una herida por la que broto sangre, motivo por el que el Templo fue clausurado hasta que por el señor Obispo oficio el acto ritual para consagrar el recinto sagrado y restablecer el culto.
Episodios como este originado por la Lotería merecen ser recordados al trascurrir décadas, con estampas de la vida domestica de aquel Verin de "fiadeiros" de lareira, al calor de leños y luz de candil, donde episodios anecdóticos, mas cercanos en el tiempo, se comentaban por quienes conocieron a los protagonistas.
Brindamos la idea a los responsables de la concejalía de Cultura, recupere aquella tradición de los fiadeiros, en una lareira, un pote a la lumbre de leños, y algunas mujeres mayores escardando lana e hilando, narrando casos y cosas de antaño.
