'Ladrones de historia'

Libros para leer, libros que te cuentan y algunos libros brillantes e ingeniosamente trenzados que te sumergen en la historia y que te hacen vivir la realidad escrita. Narraciones que son capaces de mantener tu atención hasta la página final. Este es el caso del último libro del escritor Pablo Núñez. Tras el éxito de “Las hijas del César” vuelve uno a encontrarse con su segunda obra conocida y publicada “Ladrones de historia” que es una ficción-real, genial y extraordinaria. Pablo Núñez, su autor, relata los hechos con una aparente naturalidad; sin situaciones forzadas.

Todo lo que cuenta tiene su razón, su motivo, su causa, su consecuencia, que provoca los avatares de los protagonistas inmersos en pasiones, deseos, avaricias y luchas por sobrevivir en una época especialmente dura, encuadrada en la terrorífica e irracional tempestad bélica de la guerra civil española.

“Ladrones de historia” es la historia de muchas historias personales que se entrecuzan en una historia única sobre un hecho particularmente especial: la devastación patrimonial en tiempos de guerra.

Pablo Núñez es un maestro de la narración. Lees su libro y es como si alguien, él mismo, te estuviese describiendo almas, geografías y ambiciones. No decae; no existen espacios dormidos ni de transición. Ni lugares comunes. “Ladrones de historia” es una pura narración literaria de lenguaje cercano. Es un contar con maestría delicada, con oficio, que se sustenta en una abundante y previa documentación. Es una obra que si está muy elaborada no se nota en absoluto. Otra genialidad de Pablo Núñez.

Militares de graduación de guerra, campamentos de instrucción de reclutas en los que se enseña y se entrena para matar.

Burdeles y tabernas; corazones perdidos; gozos y lágrimas, palacios de Zúrich, palacios episcopales, bajas pasiones, almas cándidas, almas brutales, muertes criminales y situaciones distintas que confluyen en un hilo conductor en entornos geográficos diversos, creíbles y auténticos.

Manuel, de Matelo, aldea del ayuntamiento de Lugo, que al oir la gaita gallega se le encoge el alma; Sevilla y el Barrio de Santa Cruz; Valladolid, Andorra, Suiza, Córdoba, Salamanca, Dos Hermanas, Segovia, Ávila, Mérida, Valle del Jerte, en Cáceres; Alemania, Francia, Argentina y Granada.

Y de nuevo Matelo, en Lugo. Y de nuevo la gaita que emociona y mitiga las penas de tres años de muerte y de barbaridad.

No esperaba menos de Pablo Núñez. Creo que se documenta mucho y luego deja que se estire su ingenio. Lo cuenta extraordinariamente bien. Su última obra, por el momento, esta “Ladrones de historia” es el libro de cabecera. Es, sin duda, un nuevo regalo de este escritor joven y maduro, que sabe contar, impresionar y deleitar. Que sabe como mantener la atención. Que sabe como llegar a la cabeza y al corazón. Que sabe como dejar huella en el pensamiento y en la memoria.

Leyendo su “Ladrones de historia” yo me sentí y me siento frente a la lumbre de invierno y oigo como me describe hechos y cosas que suceden.

Leyendo su “Ladrones de historia” yo me sentí y me siento en la primavera, a la orilla del río grande de Lugo, a la sombra de los cerezos del Jerte, en el olivar del Tuerto, o en el atardecer de un verano que se cuelga sobre una luna madrugadora. Y me sentí y me siento, cuando lo leo de nuevo, transportado y viajero por Salamanca o Granada y por otras geografías de España y de Galicia.

Leyendo “Ladrones de historia” del gallego y lucense Pablo Núñez, me veo sentado, atraido, felizmente sin remedio, subyugado, en el sendero perfecto “del mar de robles de O Veral” en el Campo Grande, de Valladolid, en el barrio de Santa Cruz, de Sevilla, o, en fin, en la luminosa e incomparable Córdoba del al-Ándalus.

“Ladrones de Historia” de Pablo Núñez, es para leer por puro placer o siempre que quieras evadirte y pensar en un pasado luctuoso y en sucesos que ocurrieron y que pasan. Cuenta algo perfectamente real en un tiempo pasado, que salvo el cuadro de guerra fraticida (que ni se desea ni se espera de nuevo) puede tener lugar ahora mismo en iguales o parecidos lugares de España y en ampulosas baronías de Europa.

“Ladrones de historia” de Pablo Núñez, es un placer; un inmenso placer. Y un preciadísimo regalo con historia.